La presidente interina de Bolivia, Jeanine Áñez, envió en la tarde de este miércoles un proyecto de ley al Congreso para la convocatoria a unas elecciones generales que podrían terminar con la grave crisis política que vive el país desde un mes y que ya dejó 32 personas muertas.
“Este proyecto puede ser perfectible, quisiéramos, como gobierno, que se lo considere como un documento base para generar un consenso nacional”, afirmó la mandataria en una conferencia de prensa.
“El fraude electoral provocó la convulsión que vive el país”, aseguró la autoproclamada presidente interina del país andino.
El Congreso no tiene un plazo definido para responder, pero se espera que sea pronto dada la urgencia del asunto.
La Constitución establece tres meses para llamar a comicios una vez que asume un interino. El calendario de las futuras elecciones será definido por el nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE), cuyos miembros serán elegidos en los siguiente 15 días por los legisladores, explicó a su vez el ministro de Justicia, Álvaro Coimbra.
La Asamblea Legislativa tenía previsto reunirse este miércoles por la noche.
Más temprano, el ejército y la policía rompieron el cerco que por varios días mantenían seguidores de Morales en una planta de combustibles que surte a La Paz y El Alto. El número de fallecidos subió a ocho a medida que ubicaron a más víctimas en hospitales, según confirmaron la Defensoría del Pueblo y el Instituto de Investigaciones Forenses.
Hasta ahora al menos 30 personas han muerto en casi un mes de protestas, dos de ellos policías.
La escasez de combustible está asfixiando a las dos ciudades de dos millones de habitantes y el control del depósito de combustibles de Senkata, en las afueras de El Alto, se ha vuelto el más reciente símbolo de la lucha entre el gobierno interino y los seguidores del expresidente. Los manifestantes piden la renuncia de Áñez, quien asegura que preside el gobierno con la única misión de llamar a nuevos comicios.
Antes del anuncio, desde la Organización de Estados Americanos (OEA) se exhortó a las autoridades interinas a convocar “urgentemente” a elecciones.
Desde México, donde se encuentra asilado, Morales comentó en rueda de prensa que si ayudan a pacificar el país las nuevas elecciones son bienvenidas, al tiempo que llamó a crear una “comisión de la verdad” que investigue los comicios del 20 de octubre, que según la oposición y una misión de observación de la OEA estuvieron marcados por diversas irregularidades.
Morales renunció hace poco más de una semana, el 10 de noviembre, y desde entonces ha habido manifestaciones prácticamente a diario. Las más recientes confrontaciones ocurrieron en El Alto, donde manifestantes bloquearon una planta de distribución de combustible, la cual recuperaron soldados y policías para reanudar la entrega de gasolina.
Según analistas, el país quedó partido en dos tras el fin del ciclo político que lideró durante casi 14 años el primer presidente indígena, que tuvo una buena gestión económica pero salpicada por casos de corrupción, autoritarismo y su ambición por reelegirse aun cuando la Constitución y un referendo de 2016 le negaban esa posibilidad.
Mediadores de las Naciones Unidas, la OEA, la Unión Europa y los obispos católicos hacían esfuerzos para dialogar con los sectores en protesta. Tras la renuncia de Morales, el MAS ha quedado prácticamente descabezado.
Lo que haga o diga esta señora no tiene validez legal y la misma OEA a perdido legitimidad y tienen
ponerles auditoria y ser sancionados por sus actuaciones.