La ONU dijo este jueves que trasuna larga investigación independiente, concluyó que China pudo cometer crímenes contra la humanidad contra los uigures y otras minorías étnicas musulmanas al aplicar políticas que han implicado detenciones arbitrarias masivas y otros graves abusos.
El demoledor informe sobre los graves abusos de derechos humanos en la región china de Xinjiang, fue divulgado en Ginebra a las 23H47 (CET) del miércoles, 13 minutos antes de la conclusión del período de cuatro años de la expresidenta chilena Michelle Bachelet como Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH).
Bachelet estaba decidida a divulgar el informe pese a la intensa presión de Pekín.
En una histórica toma de posición frente a China, ACNUDH confirmó que la legislación antiterrorista provocó la «privación de la libertad a gran escala» de esas minorías al menos entre 2017 y 2019.
Desde entonces el patrón parece haber variado y los centros en los que eran confinados -denominados por el gobierno «centros de educación vocacional»- se han reducido en tamaño y número, pero las detenciones siguen practicándose mediante procesos penales que han dado lugar al aumento del tiempo y cantidad de encarcelamientos de uigures en particular, según el informe.
Crímenes internacionales
«El alcance de la detención arbitraria y discriminatoria de uigures y miembros de otros grupos mayoritariamente musulmanes (…) puede ser constitutivo de crímenes internacionales, en particular crímenes contra la humanidad», afirma el informe en sus conclusiones.
Advierte que «se han cometido serios abusos de derechos humanos en XUAR (Región Autónoma Uigur en Xinjiang) en el contexto de la aplicación de estrategias gubernamentales de contraterrorismo y contraextremismo».
Cita en particular la preocupación por el tratamiento de personas detenidas en los llamados «Centros de Educación y Entrenamiento Vocacional» de China.
«Denuncias de patrones de tortura o maltrato, incluyendo tratamientos médicos forzados y condiciones de detención adversas, son creíbles, como lo son las denuncias de incidentes individuales de violencia sexual y de género», indica el informe.
Bachelet confirma que discutió informe con China
Bachelet, dos veces presidenta de Chile, aseguró que «los temas son serios y los discutí con altas autoridades nacionales y regionales» de China.
China ha sido acusada por años de detener a más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas en la remota región occidental de Xinjiang.
Activistas han señalado a China por numerosos abusos, que Pekín ha refutado con vehemencia, insistiendo en que se trata de centros de entrenamiento vocacional en Xinjiang para contrarrestar el extremismo.
El embajador chino ante la ONU en Nueva York, Zhang Jun, dijo el miércoles antes de la divulgación del documento que Pekín le informó de su «firme oposición» al texto.
Embajador chino: «es una mentira inventada»
«El llamado tema de Xinjiang es una mentira completamente inventada por motivaciones políticas y su propósito es definitivamente socavar la estabilidad de China y obstruir su desarrollo», declaró Zhang a periodistas.
Señaló que Bachelet debió permanecer «independiente» y no ceder a las «presiones políticas» de países occidentales.
Bachelet y su despacho explicaron repetidamente que el motivo del atraso del informe fue que se envió primero a Pekín para que lo comentara, como se estila en estos casos.
Pero Zhang aseguró que China no ha visto el informe y lo «rechaza por completo».
La organización Amnistía Internacional señaló en un comunicado que el informe «pone al descubierto la magnitud y gravedad de las violaciones de derechos humanos en Xinjiang», aunque cuestionó la demora en su publicación.