Anna Sorókina, una mujer de origen ruso conocida en los círculos sociales de Nueva York como Anna Delvey, fue sentenciada a entre cuatro y 12 años de prisión tras ser declarada culpable de estafar más de 200.000 dólares a bancos, hoteles, restaurantes y a sus propios amigos haciéndose pasar por una rica heredera y poder financiar su lujoso estilo de vida.
La cantidad real de tiempo que pasará tras las rejas dependerá de varios factores como su comportamiento. La joven, de 28 años, también fue multada con 24.000 dólares, además de que se le ordenó pagar una restitución de unos $199.000.
«Lo que pasa es que no lo siento»
Aunque en la corte, poco antes de conocer la sentencia, Sorókina ofreció disculpas por «los errores cometidos», en una entrevista a The New York Times concedida ya desde el complejo carcelario de Rikers Island dijo que no se arrepentía de nada de lo que hizo y que «probablemente» volvería a hacerlo.
«Lo que pasa es que no lo siento. Le estaría mintiéndole a usted, a todos los demás y a mí misma si dijera que lamento algo de lo que hice», dijo Sorókina un día después de ser condenada a prisión.
La joven reconoció haber falsificado registros bancarios, pero solo porque tenía un gran sueño. «Mi motivo nunca fue el dinero. Tenía hambre de poder», dijo hablando de sus planes de inaugurar un club privado.
«No soy una buena persona», confesó. Después de su liberación, es probable que la deporten a Alemania, pero la mujer relató que esperaba poder mudarse a Londres.
‘La falsa heredera’
Durante varios años, sus amigos de la élite neoyorquina creían que Delvey poseía una millonaria fortuna en el extranjero, y que su padre era un diplomático o un barón petrolero. En realidad, Sorókina nació en Rusia en 1991 y en 2007 su familia se trasladó a una pequeña ciudad cerca de Colonia (Alemania). El padre de Anna trabajó como conductor de camión y luego se dedicó a la venta de equipos de aire acondicionado y calentadores.
En 2011, Anna se trasladó a Londres para estudiar, pero más tarde dejó los estudios y se mudó a París (Francia) y posteriormente a EE.UU. Recurriendo al fraude, logró obtener varios préstamos en el país norteamericano, que fueron lo que le permitía vivir. En verano de 2017 Sorókina fue arrestada en Malibú y acusada de seis cargos.