La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, pidió este miércoles un debate global sobre las consecuencias, especialmente éticas, del uso a gran escala de la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial «plantea cuestiones» sobre las posibilidades que abre en campos como el militar, la seguridad o las libertades individuales, declaró Azoulay a un grupo de periodistas durante una visita oficial a China.
En su opinión «Hace falta que haya una conversación mundial que aún no se ha producido», añadió.
Azoulay recordó que la Unesco trata también cuestiones como la ética de la ciencia, por lo que hay «un rol» para la organización en este asunto.
«Debemos tener esta discusión sobre la ética de la inteligencia artificial, y no podemos tenerla sin China», recalcó Azoulay, quien el lunes se convirtió en la primera directora general de la Unesco en reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, con quien repasó la creciente cooperación de Pekín con la organización que dirige.
«China es un socio estratégico de la Unesco comprometida con la organización y con el multilateralismo», afirmó Azoulay, quien subrayó la cooperación positiva de la organización con Pekín en cuestiones como la educación, la cultura, la protección del patrimonio o la diseminación de nuevas tecnologías.
En China «encuentro multilateralismo, rechazo a replegarse sobre sí misma y voluntad de compartir», agregó.
Azoulay señaló que desconoce si China ha propuesto el mausoleo del histórico líder comunista Mao Zedong como Patrimonio de la Humanidad, tal como un periódico oficial chino avanzó esta semana que harían las autoridades de Pekín.
La ex ministra francesa de Cultura inició el pasado lunes una visita oficial de cuatro días a China, durante la cual se reunió con diferentes autoridades, además de la conferencia que pronunció sobre en la prestigiosa Universidad Tsinghua, una institución académica pequinesa clave en el desarrollo de las nuevas tecnologías de China.