Un año electoral que se desarrolló teniendo como telón de fondo la turbulencia económica, la eliminación del derecho federal al aborto y extensas preocupaciones sobre el futuro de la democracia concluye con un último día completo de campaña en que los líderes de ambos partidos harán llamados urgentes a sus partidarios.
El presidente Joe Biden realizará un mitin el lunes por la noche en Maryland, donde los demócratas tienen una de sus mejores oportunidades para recuperar el puesto de gobernador en poder de los republicanos. La aparición se ajusta a la estrategia de cierre de campaña de Biden de apegarse en gran medida a los bastiones demócratas en lugar de acudir a territorios más reñidos, donde en última instancia puede decidirse el control del Congreso.
Su antecesor, Donald Trump, realizará su último acto de campaña en Ohio. Ese estado tiene un significado especial para el ex presidente al tiempo que prepara otra candidatura a la Casa Blanca porque fue uno de los primeros lugares donde pudo demostrar su poder duradero entre los votantes republicanos. El respaldo de Trump a JD Vance fue crucial para ayudar al autor y capitalista de riesgo —y ex detractor de Trump— a asegurar la nominación del Partido Republicano para un escaño en el Senado.
Trump, que a principios de mes avanzó que “muy, muy, muy probablemente” iba a intentar renovar mandato en 2024, podría anunciar su candidatura este mismo lunes, según un creciente rumor en el país.
En un primer momento se especulaba con que daría el paso el 14 de noviembre, justo una semana después de las elecciones legislativas de este martes, pero medios como CNN publicaron hoy que podría dar el paso en el mitin en Ohio.
Con más de 41 millones de votos ya emitidos, el enfoque del lunes será garantizar que los partidarios cumplan con los plazos de voto anticipado o hagan planes para presentarse en persona el martes. Los resultados tendrán un fuerte impacto en los últimos dos años de la presidencia de Biden, dando forma a la política en todo, desde el gasto gubernamental hasta el apoyo militar a Ucrania.
En una campaña en Nueva York a favor de la gobernadora Kathy Hochul el domingo, Biden dijo que los republicanos estaban dispuestos a condonar el asalto del año pasado al Capitolio y que, después del reciente ataque a Paul Pelosi, esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, algunos en ese partido “le restaron importancia” o estaban “poniendo excusas”.
“Nunca ha habido un momento en mi carrera en que hayamos glorificado la violencia en función de una preferencia política”, dijo el presidente.
Mientras tanto, en un mitin de Trump el domingo por la noche en Miami, una referencia a Nancy Pelosi provocó consignas de “¡Enciérrenla!”, un duro recordatorio de la profunda división de la nación.
Trump estaba haciendo campaña para la reelección del senador de Florida Marco Rubio, pero también se centró en su propio futuro político.
Mientras tanto, para los demócratas nacionales, la atención se centra en su estrecho control de la Cámara de Representantes y el Senado, el cual podría evaporarse después del martes.
Los votantes pueden reprender al partido que controla la Casa Blanca y el Congreso en medio de una inflación creciente, preocupaciones por la delincuencia y pesimismo sobre el rumbo del país. La historia sugiere que el partido en el poder sufrirá pérdidas considerables en las elecciones intermedias.
Trump ha afirmado falsamente desde hace tiempo que perdió las elecciones de 2020 solamente porque los demócratas hicieron trampa e incluso ha empezado a plantear la posibilidad de un fraude electoral este año. Las agencias federales de inteligencia advierten sobre la posibilidad de violencia política por parte de extremistas de ultraderecha.