El presidente estadounidense, Joe Biden, tomará la palabra este jueves para defender su gigantesco plan de estímulo económico, pero también para destacar los progresos en la vacunación contra el COVID-19, que vislumbran una vía de salida ante la pandemia.
En el día 50 de su mandato, el presidente hará su primera alocución solemne en horario estelar, a las 20 (hora local, 1 GMT del viernes).
“Hablaré de todas las pruebas del año pasado, pero, y esto es lo más importante, hablaré de lo que vendrá después”, explicó Biden el miércoles. “Hay verdaderas razones para tener esperanzas, les prometo”, aseguró. “Vemos la luz al final del túnel”.
Pese a la oposición en bloque de los republicanos, que denuncian gastos excesivos, los demócratas -que son mayoría en la Cámara de Representantes- adoptaron el miércoles un plan de 1,9 billones de dólares, un monto que equivale al PIB de Italia. Celebrando “una victoria histórica para los estadounidenses”, Biden dio a conocer su intención de defender este plan, que firmará el viernes, por todo el país.
Su discurso a la nación tendrá lugar exactamente un año después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la pandemia de COVID-19.
El virus ha causado más de 525.000 muertes en Estados Unidos y la primera economía mundial se contrajo un 3,5% el año pasado, su peor comportamiento desde la Segunda Guerra Mundial.
Gracias a la luz verde del Congreso, millones de estadounidenses recibirán nuevos cheques de ayuda directa por un monto global de unos 400.000 millones de dólares. El plan extiende además hasta septiembre ayudas excepcionales por desempleo que expiraban el 14 de marzo. Y dedica 126.000 millones de dólares a escuelas, desde preescolares a liceos, para apoyar su reapertura pese a la pandemia, así como 350.000 millones para estados y agrupaciones locales.
En medio de una campaña de vacunación a toda máquina, la Casa Blanca anunció que quiere comprar 100 millones de dosis adicionales a Johnson & Johnson, lo que doblaría la cantidad ordenada por Estados Unidos a esta empresa farmacéutica.
El país ya ha realizado pedidos para recibir hasta fin de mayo las dosis necesarias para vacunar a la totalidad de los adultos estadounidenses, gracias a dos otras vacunas autorizadas -la de Pfizer/BioNTech y la de Moderna-, de las que el gobierno estadounidense ha ordenado 300 millones de dosis de cada una.
Pero el presidente insiste en la necesidad de prepararse para eventuales contratiempos. “Necesitamos de una flexibilidad máxima (…) Muchas cosas pueden pasar y debemos estar listos”, aseguró. “Si tenemos un sobrante, lo compartiremos con el resto del mundo”, dijo también.
Trump reclama crédito
Esta gestión de la pandemia contrasta con la de su predecesor en el cargo, Donald Trump, quien llegó a reconocer que había minusvalorado adrede la gravedad de la covid-19 en los primeros meses de la pandemia para que no cundiera el pánico.
Desde su club de Mar-a-Lago, en Florida, su predecesor republicano intentó ponerse nuevamente bajo los focos la noche del miércoles. “Espero que todos los estadounidenses recuerden, mientras reciben la vacuna contra el COVID-19, que si yo no hubiera sido presidente, no estarían recibiendo esa magnífica inyección sino en cinco años, como muy pronto”, escribió en un breve comunicado.
“Yo espero que todo el mundo se acuerde”, agregó Trump, quien pese a su derrota al final de su primer mandato, no descarta presentarse nuevamente como candidato en 2024.