Para alivio de todos sus fanáticos, Joaquín Sabina abandonó la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Rúber Internacional de Madrid, donde continúa con su recuperación tras el grave accidente que sufrió el pasado miércoles 12 durante un concierto que estaba brindando el Wizink Center, junto a Joan Manuel Serrat, cuando cayó del escenario y debió ser internado con un cuadro de “traumatismo de hombro izquierdo, torácico y craneoencefálico” y tras lo cual se le detectó un “pequeño coágulo”, por el que debió ser intervenido quirúrgicamente.
José Navarro “Berry”, representante del trovador español, confirmó a la agencia EFE este nuevo paso en el estado de salud de Sabina y dijo que a partir de este momento ya “no habrá más partes médicos por parte de la familia» del artista respecto a su evolución. En el día de ayer, domingo, el mánager ya había indicado que su representado evolucionaba “en la línea esperada” y que todo marchaba «correctamente”, dejando en claro que estaba totalmente fuera de peligro.
Sabina estaba cerrando las presentaciones de la gira No hay dos sin Tres, cuando aparentemente enceguecido por las luminarias del estadio, se cayó al foso desde una altura aproximada de 1,70 metros. Pese al susto generalizado, en un primer momento el artista sólo acusó un fuerte dolor en el hombro y, tras ser atendido por personal médico del lugar, subió al escenario en silla de ruedas para tranquilizar a su público y anunciar la suspensión del show.
“Estas cosas me pasan solo en Madrid, lo siento muchísimo, me he dado un golpe muy fuerte en el hombro… No tiren las entradas los que quieran venir en mayo, estamos confirmando el día 22 de mayo”, dijo Sabina sin perder el humor, mientras Serrat lo secundaba con una sonrisa arrastrando su silla minutos después de la caída.
Tras el accidente, los organizadores del recital le confirmaron a medios españoles que el cantante no perdió el conocimiento y que en todo momento habló con el personal de emergencias que lo retiró en camilla. Pero, ya antes de su reaparición, la organización había apagado las luces del estadio y había anunciado por el altavoz que el recital quedaba suspendido hasta nuevo aviso.
Lo cierto es que, pese al buen ánimo que Sabina mostró en todo momento, luego de que se le realizaran los estudios correspondientes se le diagnosticaron varios traumatismos y un coágulo, por el que debió ser operado de urgencia en la mañana siguiente. Cabe destacar que el cantante, que el día del accidente estaba festejando sus 71 años, tenía el antecedente de haber su sufrido un derrame cerebral en 2001 y eso preocupó a sus seguidores.
No era la primera vez que el intérprete sufría un percance en en ese mismo escenario, que lo obligaba a suspender un concierto. También había tenido que cancelar un show en 2014, a pocas canciones del final, cuando según trascendió había sufrido fuertes dolores de estómago, aunque en un primer momento se había hablado de una “crisis de pánico escénico”.
En 2018, en tanto, en el marco del tour de Lo niego todo, Sabina también había tenido que suspender su presentación a la hora y media de comenzado el show por “una disfonía aguda, consecuencia de un proceso vírico” que lo dejó “mudo” y lo obligó a cancelar los cuatro conciertos restantes de la gira.