Como cada cuatro años, miles de residentes de Iowa enfrentarán las gélidas temperaturas del invierno estadounidense para asistir en la noche de este lunes a unas tradicionales asambleas partidistas que datan del siglo XVIII y en la actualidad son vistas aún como el inicio del año electoral en EEUU.
Este 2024, el estado rural -orgulloso de mantener su liderazgo desde 1972- buscará redimirse del caos de los caucus de 2020, cuando un intento de modernizar el procedimiento terminó por demorar semanas los resultados de las votaciones y ralentizar el momentum de aspirantes como el demócrata Pete Buttitieg, quien luego perdió la nominación frente a Joe Biden.
Con pronósticos de hasta -29 grados Celsius, esta se perfila como una de las noches de votaciones más frías en la historia de Iowa. Esto podría «congelar» los ánimos de los habitantes de ese territorio del medio oeste estadounidense, cuya asistencia es vital en un proceso casi exclusivamente presencial.
Para los aspirantes a la nominación republicana estos caucus serán cruciales. El expresidente Donald Trump, líder en la intención de voto en su partido -según las encuestas-, y sus dos más cercanos competidores, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, y la exembajadora ante la ONU Nikki Haley, han hecho campaña en el terreno por meses. Sus llamados a la participación se han redoblado en los últimos días.
Trump, Haley y DeSantis, junto al exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, y el emprededor Vivek Ramaswamy, lucharán por quedar entre los tres primeros en Iowa, vista como referencia para futuras votaciones a lo largo del país. El exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, abandonó sorpresivamente la carrera por la Casa Blanca días antes.
«Les pido que asistan, sé que hará frío, pero asistan», pidió el viernes DeSantis, quien según los analistas, necesita esta victoria para mantener vivas sus aspiraciones presidenciales.
Haley también utilizó sus últimos actos antes del sábado para incentivar a los votantes. «Habrá temperaturas en los negativos, pero yo estaré ahí, espero que ustedes también lo estén (…) El lunes importa, sus voces importan», aseguró la única precandidata mujer en las primarias republicanas.
Para los demócratas, que tienen al incumbente Joe Biden como principal candidato a las elecciones del próximo noviembre, las asambleas partidistas serán más un proceso interno que un medio para definir una nominación presidencial.
Una tradición electoral
La práctica de elegir presencialmente a un aspirante presidencial en gimnasios, salones de iglesias, escuelas y edificios públicos puede resultar rara en un mundo eminentemente online. Para los habitantes de Iowa y otros estados como Nevada, Missouri y Idaho, es una tradición orgullosamente preservada.
Los caucus -cuya etimología se remonta al idioma nativo americano y podría traducirse como «consejo»- son reuniones locales donde los participantes indican su preferencia por un aspirante presidencial de su partido y también seleccionan a los delegados que luego determinarán quien quedará como candidato durante las convenciones nacionales previstas para el verano.
En Iowa, la cita comienza invariablemente a las 7:00 pm hora local con un llamado al orden, tras lo se efectúa la elección de un presidente y un secretario que encabezan los procedimientos de la noche. Se pronuncian discursos a favor de los aspirantes y se emiten votos secretos escritos al momento en listones de papel. Estos se cuentan y se informa a la comisión organizadora, que reúne los resultados totales y los da a conocer.
En 2020, problemas con la aplicación electrónica usada para el conteo y las líneas telefónicas para informar sobre los votos, provocaron considerables atrasos en la publicación de los resultados.
¿En qué se diferencia un caucus de una primaria?
Entre las principales diferencias entre ambos procedimientos están el tiempo permitido y la forma en la que transcurren las votaciones.
En las primarias, un balotaje al uso, las personas van a las urnas en colegios habilitados para la ocasión desde temprano en la mañana hasta horas tempranas de la noche. En algunos casos, la votación temprana les permite a muchos emitir su decisión en ausencia. En muchos casos, estos balotajes están organizados por los estados.
Los caucus, por otra parte, están dirigidos casi siempre por los diferentes partidos – republicano y demócrata en el sistema bipartidista de EEUU – y siempre son de manera presencial, con un horario limitado y siempre en la noche. Quienes no asistan a la cita o no estén registrado en la delimitación vecinal que le corresponda, no pueden votar.
¿Qué cambia este 2024 y qué está en juego en Iowa?
Este 15 de enero serán los republicanos quienes acudan a los centros, donde sólo contarán las boletas de quienes aparezcan en las listas como miembros del partido. En este caso, se permite el registro hasta el mismo día del evento.
Por primera vez en la historia de los caucus de Iowa, los demócratas no cumplirán con el método tradicional seguido hasta 2020. A diferencia de los republicanos, los azules solían reunirse de acuerdo a su preferencia por cada aspirante, tras lo que se contaba físicamente cada integrante de los grupos.
Luego del cambio en los calendarios de primarias impulsado por el presidente Joe Biden, Iowa e incluso de New Hampshire – conocida por ser la «primaria inaugural de la nación»-, quedaron relegadas por detrás de Carolina del Sur, un estado más plural y parecido a EEUU en su conjunto.
En 2024, los demócratas de Iowa emitirán su voto por correo y los resultados no se conocerán hasta después de marzo. Las primarias de Carolina del Sur están previstas para el 2 de febrero.
Además de limpiar su historial después del fiasco de 2020, Iowa buscará demostrar por qué es vista como crucial en la carrera por la presidencia. Según analistas, los resultados en estas asambleas partidistas pueden hundir o salvar una campaña.
Esta será una prueba especialmente importante para los tres principales aspirantes republicanos. En el caso de Trump, será la oportunidad de probar lo que vaticinan las encuestas, que lo pronostican como favorito a llevarse la nominación del partido.
En el caso del gobernador de Florida, Ron DeSantis, podría significar el impulso o el golpe final a una campaña plagada de contratiempos, que no ha demostrado su eficacia en la lucha feroz por el segundo lugar que mantiene con la exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, quien ya sobrepasó a DeSantis en algunos sondeos.