La Audiencia Nacional de España juzga desde este lunes al coronel y exviceministro de Seguridad Pública salvadoreño Inocente Montano por su presunta participación en el asesinato hace 30 años de cinco sacerdotes jesuitas españoles en El Salvador.
El juicio contra Montano y a René Yusshy Mendoza, exteniente del Ejército de El Salvador, será retransmitido en directo y está fijado en varias sesiones hasta el próximo 16 de julio. La Fiscalía pide una condena de 150 años de cárcel para el septuagenario Montano, encarcelado en España desde 2017, y 5 años, uno por cada uno de los cinco asesinatos, para Mendoza.
Según la Asociación Pro Derechos Humanos España (APDHE), Mendoza era «un joven oficial del Ejército salvadoreño cuando los hechos tuvieron lugar y ha mantenido desde entonces una posición procesal de colaboración con la justicia y reparación de las víctimas, para el completo esclarecimiento de los hechos, la instrucción de la causa y la celebración de este juicio».
Se les juzga por la «decisión, diseño o ejecución del asesinato» el 16 de noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana (UCA) de los jesuitas españoles Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Amando López Quintana y Juan Ramón Moreno Pardo. También terminaron con la vida del sacerdote jesuita Joaquín López, la empleada Julia Elba Ramos y su hija Celina Mariceth Ramos, los tres de nacionalidad salvadoreña.
«Los procesados, junto con terceras personas no investigadas en el presente procedimiento, constituyeron dentro del Estado de El Salvador una estructura paralela, al margen de la legalidad, que alteró gravemente la paz pública, provocando un estado de terror en la población a través de ejecuciones de civiles, desapariciones forzadas …», indica el informe de la Fiscalía.
La Iglesia como mediadora
El texto dice que el año 1989 fue «clave de la década de la guerra civil en El Salvador». En concreto, Ellacuría, rector de la UCA, asumió el liderazgo para lograr una negociación entre el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el régimen.
«El papel de la Iglesia como mediadora para tratar de acabar con la sangrienta guerra civil les granjeó la enemistad de la extrema derecha», señala la Fiscalía, mientras añade que a los jesuitas se les consideraba responsables del surgimiento de la disidencia.
A Ellacuría, por ejemplo, se le acusó en repetidas ocasiones de ser «uno de los principales consejeros y estrategas del FMLN», a pesar de que, desde su punto de vista, «una victoria del FMLN no era posible».
En 1989, subraya el informe, los jesuitas eran considerados «extranjeros enviados por España para recolonizar el país, los líderes de ‘hordas de terroristas’ y lo más importante, los líderes intelectuales, el ‘cerebro’ del FMLN».
Desde APDHE se recuerda que el asesinato de Ellacuría y sus compañeros conmovió al mundo entero.»Procurar que se les haga justicia tres décadas después de sus asesinatos es nuestra contribución a su memoria», concluye.
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