Cientos de escombros por recoger y enfrentando las tinieblas en la noche. Ese es el panorama que enfrentan miles de habitantes del estado de Luisiana tras el paso de la ahora depresión tropical Ida, que tocó tierra en el estado como un huracán de categoría 4 (casi la máxima en la escala de Saffir-Simpson de cinco niveles) el pasado 29 de agosto. Solo en ese estado, Ida deja al menos dos personas muertas.
Además, cerca de la mitad de los habitantes de Louisiana están sin luz a causa de las torrenciales lluvias. Así lo rastreó el proyecto Power Outage que afirma que, a la mañana de este 31 de agosto, al menos un millón de personas están sin energía de las 2,2 millones de conexiones que rastrea el programa en dicho estado.
Y esta situación podría durar semanas en las áreas más afectadas, como señaló el pasado lunes la empresa de servicios públicos Entergy. “Esta restauración no va a ser un cambio rápido probable”, dijo Rod West, jefe de operaciones de servicios públicos de la compañía. “Este fue un evento de viento catastrófico significativo, mientras que Katrina fue un evento de agua en comparación”.
Las autoridades locales, por su parte, todavía no dan un tiempo estimado para recobrar el servicio de energía. “No puedo decirles cuándo se restaurará la energía. No puedo decirles cuándo se limpiarán todos los escombros y se harán las reparaciones”, puntualizó el gobernador de Louisiana, John Bel Edwards. “Pero lo que puedo decirles es que vamos a trabajar duro todos los días para brindar la mayor asistencia posible”, sostuvo.
El segundo estado con más cortes de energía es el vecino Mississippi, también golpeado por la tormenta tropical. Allí, cerca de 55.000 personas están sin luz, según Power Outage.
Luisiana: sin luz y a más de 40ºC
Lo más apremiante de la falta de energía es la ola de altas temperaturas que enfrenta el estado a finales de este verano. De hecho, en Nueva Orleans y el resto de la región se emitió una advertencia por ola de calor para este martes y miércoles ya que podrían alcanzarse los 41ºC (105ºF). Esto no solo por las temperaturas del verano sino por la combinación de estas con la humedad.
Por eso, el gobernador de Louisiana afirmó que hay al menos 25.000 trabajadores de servicios públicos que están intentando restaurar la electricidad y que vendrán más empleados en camino. La situación es tal que el aeropuerto de Nueva Orleans canceló todos los vuelos comerciales entrantes y salientes por tercer día consecutivo, alegando que la falta de energía y agua implicaba que ni los aires acondicionados ni los baños estaban funcionando.
Y es que el agua también escasea en algunas partes de Louisiana, pues muchos sistemas estatales de acueducto están fuera de servicio. Por ello, los funcionarios de la parroquia de Jefferson en el área metropolitana de Nueva Orleans le pidieron a los residentes que conservaran el agua para evitar las obstrucciones del sistema de alcantarillado.
A pesar de esto, las inundaciones que dejó Ida no fueron las mismas que provocó el huracán Katrina hace 16 años. Las autoridades locales afirman que esto fue gracias al sistema de diques, compuertas contra inundaciones y bombas que se diseñó luego de Katrina. Todo el sistema tuvo un costo de 14.500 millones de dólares.
Aun así hubo comunidades enteras que se inundaron en Nueva Orleans. Tan solo el lunes, los rescatistas lograron salvar a más de 670 personas que estaban atrapadas por el agua. Ellas fueron transportadas en botes, helicópteros y camiones de agua a lugares seguros. Mientras que en Mississippi, otras 20 personas fueron rescatadas.
Otra de las consecuencias que deja Ida son los daños en múltiples instalaciones de producción de petróleo, puertos y refinerías. Nueve refinerías han reducido la producción o han cerrado sus operaciones, incluida la Baton Rouge de Exxon, que ha dejado fuera de servicio 2,3 millones de barriles de petróleo, equivalentes al 13% del total del país, según el Departamento de Energía de Estados Unidos.
Esto también se vive en alta mar, donde los operadores cierran los oleoductos y gasoductos que alimentan las plantas de procesamiento por seguridad. Por ejemplo, el 95% de la producción de petróleo del Golfo y el 94% de su producción de gas permanecieron cerradas el lunes, de acuerdo con la Oficina de Seguridad y Cumplimiento Ambiental. Un total de 288 plataformas de producción y 11 plataformas fueron evacuadas.
Aunque ya varias compañías reiniciaron sus operaciones, como el Oleoducto Colonial, que es la línea de combustible más grande hacia la costa este; la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA, por sus siglas en inglés) emitió exenciones de combustible de emergencia para los estados de Louisiana y Mississippi. Su propósito es “ayudar a mejorar las circunstancias de suministro de combustible afectadas por el huracán Ida”, aseguró la agencia el lunes. Dicha exención comienza el 30 de agosto y finaliza el 16 de septiembre.
Misisipi es el segundo estado de EE. UU. más afectado por Ida
Los cortes de luz también son una dificultad en parte del vecino estado Mississippi. Allí, cerca de 55.000 personas están sin energía.
Además, el paso de Ida deja al menos dos personas muertas, quienes fallecieron a causa del colapso de una parte de la vía Highway 26 en el condado de George. Los medios locales reportaron que siete vehículos cayeron a la zanja de más de seis metros de profundidad.
Además, otras 10 personas resultaron heridas. De ellas, tres están en una condición crítica, según la información de la Patrulla de Carreteras de Mississippi. “Hemos tenido mucha lluvia con Ida, torrenciales (…). Parte de la carretera acaba de ser arrasada”, sostuvo el oficial de la Patrulla, Calvin Robertson.
La marejada ciclónica fue tan fuerte que invirtió el flujo del río Mississippi, que separa al estado de Louisiana de Mississippi.
Aun así, los efectos de Ida no son comparables con los del huracán Katrina. Un dato que lo evidencia es que, hasta ahora, se conoce que Ida provocó la muerte de cuatro personas, incluyendo los fallecimientos de Louisiana y Mississippi. Mientras que en 2005, el huracán Katrina dejó más de 1.800 decesos y dejó tantos daños que a Nueva Orleans le ha costado recuperarse totalmente.