El número de muertes relacionadas con el impacto de Florence sobre la costa sureste del país aumentó a 13, mientras el fenómeno sigue debilitándose y se ha degradado a depresión tropical, según las autoridades locales.
Después que se informase de la muerte de cinco personas, debido a Florence este viernes, cuando el ciclón tocó tierra como huracán de categoría 1 en Carolina del Sur, en las últimas horas del sábado 15 de septiembre la cifra subió hasta 13.
Las nuevas víctimas son un hombre y una mujer que murieron por intoxicación de monóxido de carbono por el uso de un generador eléctrico en su vivienda en el condado de Horry, en el Carolina del Sur. Otra pareja falleció cuando se incendió su casa en Fayetteville, en Carolina del Norte, según la Oficina Forense estatal.
Asimismo, tres personas murieron en el condado norcarolino de Duplin debido a «riadas y balsas de agua en las carreteras», según información del alguacil local, y este mismo día se conoció que una mujer falleció en Carolina del Sur después que su automóvil chocase con un árbol que había caído sobre la carretera.
Estas muertes se suman a las cinco conocidas el viernes, entre ellas una madre y su bebé, que fallecieron debido a un árbol que cayó sobre su casa en Wilmington
Muy cerca de esta ciudad, en Wrightsville Beach, también en Carolina del Norte, había tocado tierra horas antes Florence como huracán de categoría 1, y vientos máximos sostenidos de 90 millas, aunque llegó a alcanzar el nivel 4 en la escala Saffir-Simpson, que tiene un máximo de 5.
Según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés), emitido a las 05:00 horas locales (9:00 GMT), Florence se ha degradado a depresión tropical mientras avanza hacia el interior del país y el fenómeno meteorológico se encuentra a unos 30 kilómetros al suroeste de Columbia, capital de Carolina del Sur, y se dirige hacia el oeste con vientos máximos sostenidos de 35 millas por hora.
A pesar de este progresivo debilitamiento, los expertos del NHC alertan de que Florence seguirá dejando «riadas y grandes desbordamientos de ríos» en una «proporción significativa» de Las Carolinas.