La búsqueda de cualquier tipo de vida en Marte ha sido una prioridad para las principales agencias espaciales desde hace varios años. Descartada la posibilidad de que civilizaciones inteligentes vivan allí, los científicos debaten acerca de si en aquel mundo en el que las temperaturas oscilan entre 20 grados en el ecuador en el verano marciano y los -140 grados en las noches de invierno en los polos-donde se ha comprobado que hay agua- algún tipo de ser puede llegar a subsistir. Y, hasta ahora, la pista que más les acerca a ese soñado «sí» es la existencia de metano en el aire.
En el Tierra, este gas lo generan los seres vivos, normalmente por la descomposición de la materia orgánica, si bien también existen microorganismos, llamados metanógenos, que prosperan en lugares en los que el oxígeno escasea y producen este gas.
En en aire de Marte se han encontrado trazas de esta sustancia -que además fluctúan según la época del año-, pero nunca en cantidades suficientes como para que pueda significar una prueba irrefutable de la existencia de vida. Pero la pasada semana, según una filtración a The New York Times, el rover Curiosity habría descubierto 21 partes por billón de metano, lo que significa unas 3 veces que la vez en la que más se detectó este gas en la atmósfera marciana.
La NASA aún no ha confirmado este hecho y, según también el citado periódico, los científicos aún debaten acerca de las mediciones, que se estarían repitiendo con más exhaustividad durante estos días.
Aunque no se espera que la agencia espacial estadounidense se pronuncie antes de una semana, en un correo electrónico enviado al The New York Times por Ashwin R. Vasavada, el científico líder del proyecto para la misión, se detalla que «dado este resultado sorprendente, hemos reorganizado el fin de semana para realizar un experimento de seguimiento».
La presencia de metano no es sinónimo de vida
Sin embargo, que haya metano no es señal inequívoca de vida: los expertos han demostrado que existen reacciones geotérmicas que pueden generar metano sin que organismos vivos participen en el proceso. En este caso, el proceso es mucho más lento, por lo que se trataría de depósitos muy antiguos que se están liberando a través de las grietas del suelo marciano.
Pero en el caso de que finalmente se resuelva que puede haber microorganismos vivos en Marte, los científicos especulan con que éstos podrían haberse trasladado bajo tierra para mantener su ecosistema. Además, esto habría ocurrido hace relativamente poco tiempo, ya que tanto las reacciones químicas como la luz del Sol romperían sus moléculas en unos pocos siglos.
De ser ciertas estas informaciones, parece que el debate sobre la posible existencia de vida en Marte aún tendrá muchos nuevos capítulos por delante.
A ver cuando hallan evidencia de vida en los embriones que abortan a cada minuto…