El gobierno de Haití impuso este miércoles el estado de emergencia en ciudades controladas por las pandillas que llevan meses devastando al país caribeño, según anunció el primer ministro, Garry Conille, en un discurso a la nación.
«Las autoridades han decretado el estado de emergencia en 14 municipios bajo el control de las pandillas», declaró el dirigente. «El estado de emergencia va a permitir al gobierno tener las herramientas necesarias para actuar, afrontar a los bandidos y restablecer la autoridad del Estado».
«Autorizo a la policía nacional, al ejército haitiano y a la fuerza keniana a lanzar operaciones en las zonas afectadas, sobre la base de los planes que hemos elaborado. El objetivo final es recuperar todas las zonas controladas por las bandas, casa por casa, barrio por barrio y ciudad por ciudad», añadió el Conille miércoles por la noche.
«Pido a la población de los municipios afectados que permanezcan alerta y mantengan la calma», informó el gobernante.
Poco antes del discurso, una fuente gubernamental había indicado a la AFP que las localidades afectadas por las medidas se situaban en los departamentos del Oeste, que incluyen Puerto Príncipe, y de Artibonite, al norte de la capital.
Esas dos zonas están entre las más afectadas por las acciones de los grupos armados haitianos, que controlan el 80% de Puerto Príncipe y han sido acusados de cometer asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros.
Policías kenianos comenzaron a patrullar
Conille se dirigió al país el mismo día en que policías kenianos y agentes de élite haitianos patrullaron el centro de Puerto Príncipe a bordo de blindados.
Esos vehículos recorrieron las cercanías del Palacio Nacional y otras zonas de la capital, precisó una fuente policial haitiana, que quiso guardar el anonimato y no dio detalles sobre el objetivo de esa operación.
Los vehículos policiales blindados salieron a las calles de la capital, al día siguiente de la llegada de un nuevo contingente de policías kenianos.
Las autoridades kenianas han enviado a 400 agentes a Haití -200 el 25 de junio y 200 el martes- y han prometido otros 600 en las próximas semanas, en el marco de una fuerza multinacional de seguridad apoyada por la ONU.
El objetivo de esa misión, con una duración inicial de un año, es ayudar a la policía local a restaurar el orden frente al caos violento de las pandillas.
«El proceso que estamos a punto de iniciar no será fácil», admitió. «A los bandidos les pido que depongan las armas, reconozcan la autoridad del Estado», insistió, pidiendo el matrimonio de la población con la Policía en la lucha contra la inseguridad.