11 rinocerontes negros habían sido trasladados al mayor parque natural de Kenia para preservar a esta subespecie en peligro de extinción, Pero en solo un mes todos los animales han muerto. El último de ellos atacado por un león. Lo que ha generado fuertes críticas para las autoridades kenianas, mientras el Servicio de Vida Silvestre del país africano y el Gobierno se acusan mutuamente.
El último de los once rinocerontes negros, una subespecie en peligro de extinción, que hace un mes fueron trasladados al parque natural de Tsavo Este, el mayor de Kenia, ha fallecido, según han informado este lunes algunos medios de comunicación locales. Los ejemplares habían sido trasladados desde el lago Nakuru, en el centro del país, y del Nairobi National Park hasta la reserva natural para crear un santuario que favoreciese su preservación. El pasado 13 de julio, el Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS, en sus siglas en inglés) anunció la muerte de ocho rinocerontes y el Ejecutivo keniano ordenó suspender los traslados. Ambas instituciones han recibido duras críticas tras la prematura muerte de los animales y se han acusado mutuamente de lo ocurrido.
El estado de salud del ejemplar empeoró el sábado, según han indicado los servicios veterinarios del parque, después de que el rinoceronte fuese atacado por un león. Los médicos de la reserva intentaron curarle las heridas provocadas por la agresión y frenar la infección, aunque finalmente el animal sucumbió. La muerte de los otros diez ejemplares trasladados a la reserva se debió a la ingestión de agua salada, según un informe encargado por el Ministerio de Turismo, que indicaba que los rinocerontes estaban hambrientos, sufrían problemas gástricos y había proliferado en ellos una especie de bacteria oportunista en el tracto respiratorio.
Precisamente tras la publicación de ese informe el pasado 26 de julio, el secretario del gabinete de Turismo y Vida Salvaje, Najib Balala, anunció la suspensión de seis responsables del KWS. «La investigación independiente muestra que ha habido negligencia en el acondicionamiento de los animales y en la coordinación y la comunicación del personal del parque», aseguró Balala. Antes de conocerse la muerte del undécimo ejemplar, Balala fue acusado por la oposición de manipular los datos para eludir responsabilidades. El colegio de veterinarios de Kenia pidió su dimisión después de anunciar su decisión de suspender a los trabajadores del KWS, entre los que se encontraban varios veterinarios.
A finales de 2017, la población de rinocerontes en Kenia era de 1.258 animales (745 rinocerontes negros, 510 rinocerontes blancos meridionales y tres rinocerontes blancos del norte; el único rinoceronte blanco del norte superviviente murió en marzo pasado, por lo que solo quedan dos hembras).
El ser humano es culpable de tanta extinción, somos salvajes que no respetamos la vida, si no podemos cuidarnos entre nosotros menos vamos a cuidar la flora y fauna que nos rodea, también pasaremos a ser especie en extinción.