El ex presidente colombiano Juan Manuel Santos declaró el miércoles ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre sus presuntos vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, que se encuentra en el centro de un escándalo de corrupción que ha salpicado a varios gobiernos latinoamericanos, y ha asegurado que “no hay ni una sola prueba” en su contra.
“Queda claro, clarísimo, que no hay nada, que no hay una sola prueba que ponga en tela de juicio mi buen nombre. Después de estos años no hay absolutamente nada. No tengo nada de qué defenderme porque ahí están los hechos”, ha señalado el ex dirigente.
Así, ha pedido archivar el proceso en su contra y ha insistido en que no recibió dinero alguno de la constructora para su campaña presidencial en 2014, según ha informado el diario colombiano El País.
En este sentido, ha manifestado que ha decidido declarar ante el CNE como acto de respeto por las instituciones y para que el país conozca la verdad y ha añadido que a pesar de que no era obligatorio comparecer ante el órgano electoral, lo ha hecho para tranquilizar a las instituciones.
El CNE, por su parte, ya había señalado que recibiría en “declaración juramentada” a los otros dos testigos en el caso de la presunta financiación de Odebrecht a las campaña de reelección de Santos, Andrés Sanmiguel Castaño y David Fernando Portilla, el próximo 16 de enero de 2020 a las 9.00 de la mañana (hora local) y a las 11.00, respectivamente.
Varios responsables del Comité Financiero de la campaña de Santos declararon ante la Fiscalía en julio que la campaña presidencial trató de captar donaciones de varias empresas internacionales, entre ellas Odebrecht, utilizando partidos afines como Cambio Radical, el Partido de la U y el Partido Liberal.
Las empresas habrían buscado a estos partidos para realizar aportaciones, mientras que la campaña habría sido la que concertó en 2014 una reunión en la que participaron representantes de los partidos que apoyaban a Santos.
No obstante, algunos expertos en el Código Electoral han indicado que en 2014 no había ninguna regulación sobre donaciones de empresas extranjeras, por lo que no habría delito alguno.
El caso Odebrecht estalló en Brasil pero poco a poco se ha ido descubriendo que actuó de la misma forma en otros países de América Latina. En el caso de Colombia, la Fiscalía sostiene que llegó a pagar unos 30 millones de dólares en sobornos para conseguir obra pública.