Mientras Joaquín «El Chapo» Guzmán espera una sentencia, posiblemente de cadena perpetua, pidió al juez de su caso dos horas semanales para hacer ejercicio al aire libre, situación que alarmó al Gobierno de Estados Unidos, que teme que se trate de un plan del peligroso narcotraficante mexicano para intentar escapar de la cárcel donde está recluido en Nueva York.
En una carta dirigida al juez Brian Cogan, a la que ha tenido acceso la agencia Efe, el fiscal federal para el distrito este de Nueva York, Richard Donoghue, y el jefe de la división de Narcóticos del Departamento de Justicia, Arthur Wyatt, expresan la «oposición» del Gobierno a unas solicitudes que El Chapo hizo a principios de mayo.
La defensa del capo, condenado por diez delitos de narcotráfico el pasado febrero y que recibirá sentencia el 25 de junio, solicitó directamente al juez dos horas adicionales fuera de la celda, tapones para dormir y comprar seis botellas de agua semanales, entre otras cosas.
El Gobierno señala que el único lugar exterior apto para presos de alto riesgo en el Metropolitan Correctional Center (MCC) es un área de recreación en una azotea cubierta por una malla de alambre que ya fue escenario de un fallido intento de fuga en 1981 en el que dos reos armados se enfrentaron a unos 100 policías.
«En este caso, el Buró de Prisiones ha considerado, y rechazado, la posibilidad de dar a los presos SAM (con medidas especiales) un tiempo extendido de ejercicio en el exterior porque está razonablemente relacionado a un interés criminológico legítimo: evitar las fugas del MCC», explican los fiscales.
«Cualquier tiempo de ejercicio en el exterior sería particularmente problemático para este inculpado», señalan, ya que Guzmán «ha planeado y ejecutado con éxito elaboradas fugas de dos instituciones penales de alta seguridad», las mexicanas Puente Grande y Altiplano, en 2001 y 2015, respectivamente.
En referencia al antecedente de 1981, en la que compinches del reo secuestraron un helicóptero y lo estrellaron allí, los fiscales aseguran que escapar «a través de la azotea, usando un helicóptero», sería algo «sencillo» para El Chapo en comparación con el sofisticado túnel que construyó en una de sus escapadas.
Además, indican, una de las razones por las que Guzmán está bajo medidas especiales es para evitar que se comunique «con otros miembros del cártel de Sinaloa u otros socios criminales que puedan llevar a cabo órdenes en su nombre», y si se le permitiera hacer ejercicio al aire libre regularmente, habría riesgo de ello.
Especifican que El Chapo ya dispone de una alternativa para hacer ejercicio: cinco horas semanales en una zona con una bicicleta elíptica, entre otro equipamiento, con una ventana que «le da acceso a aire y luz del sol frescos del exterior».