Un escándalo sacude a la Premier League inglesa y los involucrados son, nada más y nada menos, que los dos equipos que dominan actualmente el campeonato: Liverpool y Manchester City. Según informó el periódico The Times, los Reds llegaron a un acuerdo económico con los Citizens luego de que descubrieran que había espiado su base de datos de scouting.
La información del diario inglés dice que el Liverpool tuvo que pagarle un millón de euros al Manchester City, que denunció que el sistema que usan sus ojeadores había sido pirateado. Este acuerdo confidencial tuvo lugar en septiembre de 2013 después de que se informó que el Manchester City descubriera el espionaje contratando a unos expertos informáticos para ver quién había corrompido sus documentos.
Este suceso, calificado por The Times como «el mayor escándalo de mal comportamiento entre clubes de la historia de la Premier», sucedió un año después de que tres antiguos scouts del Manchester City se mudaron a Liverpool. Los Citizens alegaron que dos de ellos, así como Michael Edwards, actual director deportivo del Liverpool, accedieron a su base de datos en el sistema ‘Scout7’ en cientos de ocasiones.
Esto ocurrió de forma ininterrumpida durante ocho meses, entre junio de 2012 y febrero de 2013, hasta que en el cuadro mancuniano se percataron de la situación cuando sus rivales se interesaron por el fichaje del español Paolo Fernandes, jugador entonces del Zaragoza, que acabó llegando al City en 2017. Incluso, al ver que sus sistema estaba siendo espiado, los directivos qataríes aceleraron las contrataciones de Fernandinho y Jesus Navas.
El Liverpool admitió su culpa y los clubes llegaron a un acuerdo económico para evitar que el escándalo tome dimensión pública. La confidencialidad se mantuvo hasta que The Times publicó los detalles de este conflicto de espionaje que deja mal parada a la Premier League inglesa.