La ganadería industrial necesita de constantes innovaciones para incrementar la productividad, en ocasiones con métodos que pueden vulnerar algunos principios éticos y que sin duda encienden los ánimos de los grupos de protección de los animales.
Una denuncia de la asociación animalista francesa L214 deja en evidencia todos estos elementos y golpea de nuevo las prácticas ganaderas en Francia (y que posiblemente se pueden extender a muchos otros puntos del planeta).
En el vídeo convertido en viral en redes sociales por L214 se muestra el interior de una granja en la que se mantienen confinadas -con poco margen de movimiento- a seis vacas que forman parte de un proyecto de investigación y desarrollo sobre métodos de alimentación en este tipo de animales.
La parte más cruel de la historia es que, para llevar a cabo el estudio, los expertos han practicado en las vacas una ruminotomia permanente, en otras palabras, han perforado un agujero en el lomo del animal y han instalado una especie de ventana permanente para acceder a uno de los estómagos del rumiante.
Como se puede ver claramente en el vídeo, el agujero asegurado con un sello de goma es suficientemente grande para facilitar la entrada de la mano y el brazo del técnico en cualquier momento.
L214 indica que la filmación corresponde a la granja experimental de la empresa de alimentación animal Sanders, en Saint-Symphorien (Francia).
Los técnicos tratan a los animales como simples máquinas y no dudan en utilizar la fuerza para mantener abierta la válvula de acceso al estómago, indica el grupo animalista francés.No es la primera vez en que se documenta -y denuncia- este tipo de técnicas (ver en La Vanguardia, en 2016) pero las imágenes han despertado de nuevo el debate.
No es la única granja de este tipo
El grupo L214 reitera también que la granja francesa ahora denunciada no es la única que lleva a cabo estas prácticas. Hay otros laboratorios de investigación que optan por el uso de cánulas en Suiza, Canadá o Estados Unidos, según L214.
La particularidad del caso de Saint-Symphorien es que se está llevando a cabo en un centro de investigación privado cuyo propietario, Sanders, es el dueño de 26.000 granjas de alimentos para animales.
Horror…pobre animal como un experimento de un sadico loco
Esos gupor como el L214 deberian ser llamados terroristas tambien por difundir tales noticias y ponerlas como escandalo