Este domingo el Ejército de Ecuador informó del hallazgo de salones para presos lujosamente decorados, una discoteca e incluso una piscina en una cárcel del centro de Ecuador en el marco de la campaña de investigación de prisiones iniciada tras la “guerra” declarada a los grupos criminales por el Gobierno que incluye la declaración del estado de excepción y el toque de queda.
El vídeo publicado en redes sociales muestra un puesto de vigilancia y control de los agentes penitenciarios del Centro de Privación de Libertad de Cotopaxi que había sido convertido en una estancia VIP para presos.
En la cárcel había camas dobles, luces empotradas, ropa de marca, una piscina y una discoteca con luces led con bebidas alcohólicas caras y droga.
La intervención militar ha puesto fin a estos privilegios para determinados presos y en cambio se instauraron servicios básicos como los de peluquería o abastecimiento de medicamentos.
“Si alguno requiere atención médica bajo el resguardo del personal militar es trasladado al policlínico”, dijo un portavoz militar, que ha destacado además el fin de los pagos por dormir, por ir al baño o por alimentos adicionales.
“La verdad, no comíamos todos. A nosotros solo nos hacían una supuesta sopa que era agua con huesos. Los embutidos y atunes eran para comandantes. Eso comían ellos y a nosotros nos daban pura agua”, denunció uno de los presos.
En el lugar también se encontraron 43 relojes de diferentes marcas, 16 celulares, un parlante inalámbrico, varios adaptadores de internet, tarjetas de memoria Ram para Laptop y cámaras de seguridad, detalló el Ejército.
El hallazgo se produjo en medio de una serie de operativos de la Policía y las Fuerzas Armadas en los que también se hallaron armas de fuego, granadas y explosivos en cárceles de todo el país, más de dos semanas y medio después de haber intervenido al menos una decena de centros carcelarios para intentar recuperar el control tras una serie de motines que se dieron de forma simultánea. Importantes arsenales se incautaron especialmente en la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más grande y poblada, situada en la ciudad de Guayaquil.
Los ingresos de policías y militares de han desarrollado desde fines del año pasado, cuando la administración del presidente Daniel Noboa buscaba dar sus primeros pasos para recuperar el control de las cárceles, muchas de ellas dominadas por estas bandas criminales a las que ahora llama terroristas y a las que se les atribuye la serie de masacres carcelarias donde desde 2020 han sido asesinados más de 450 presos.
Estos operativos se intensificaron después de que el gobierno de Ecuador elevase la lucha contra el crimen organizado a la categoría de “conflicto armado interno” y declarase a las bandas criminales como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales que deben ser neutralizados por las fuerzas del orden.
Esta declaración, acompañada de un estado de excepción con toque de queda nocturno, se dio a inicios de enero tras una oleada de atentados y acciones violentas atribuidas al crimen organizado que incluyeron secuestro de policías, asesinatos, artefactos explosivos, vehículos incendiados y motines carcelarios con cerca de 90 presos fugados y unos 200 rehenes que fueron liberados.
Sin embargo, la imagen que dio la vuelta al mundo de esta sucesión de actos violentos fue la irrupción en un canal de televisión de un grupo de al menos 13 hombres armados que mantuvieron secuestrados a sus trabajadores durante varias horas durante una emisión en vivo.
La violencia estalló en el país después de que el 7 de enero se descubriera la fuga de Adolfo Macías, alias ‘Fito’, cabecilla de Los Choneros, de la cárcel Regional de Guayaquil. Tras ello, el Gobierno declaró el estado de excepción ante la existencia de un “conflicto interno armado” debido a la actividad de grupos “terroristas”.
PENA DE MUERTE