Son días de tensión para Karim Benzema en lo que respecta a su situación fuera de los terrenos de juego, ya que a partir de este miércoles afrontará el juicio por la presunta complicidad en el chantaje a su excompañero en la selección Mathieu Valbuena en 2015, en el que puede ser condenado a cinco años de cárcel y 75.000 euros de multa.
El caso, que golpeó de lleno su imagen y que le costó cinco años de ausencias en la selección (en particular durante la Eurocopa de 2016 y el Mundial de Rusia en el que Francia se proclamó campeona), se producirá en el mejor momento deportivo del atacante, citado como candidato a ganar el Balón de Oro a finales de noviembre.
Los abogados del jugador no confirmaron su presencia en el Tribunal de Versalles, en medio de una cargada agenda deportiva, entre un duelo vital por Champions League contra el Shakhtar Donetsk y un importante clásico contra el Barcelona.
Desde que se iniciaron las investigaciones en 2015, los diversos intentos de sus abogados por sacarlo del caso fueron prácticamente nulos después de que el propio jugador declaró que quiso obrar de buena voluntad para ayudar a su compañero, quien le había comentado que estaba siendo víctima de un chantaje.
La justicia, desde entonces, le reprocha haber actuado en favor de los chantajistas cuando el 6 de octubre de 2015, durante una concentración de la selección en Clairefontaine, ofreció a su compañero la ayuda de un intermediario para deshacerse del problema.
Se trataba de Karim Zenati, amigo de infancia de Benzema, que previamente había advertido al delantero del Madrid de la existencia de un vídeo de carácter sexual en el que aparecían Valbuena y su esposa.
Ese archivo en cuestión había sido obtenido en julio de 2014 por Axel Angot, conocido de varios jugadores por sus habilidades en el uso de la informática, a quien Valbuena, entonces futbolista del Marsella, le había pedido que rescatara los datos de un teléfono móvil dañado.
Con el celular en su poder, las imágenes terminaron en manos de Angot, que lo guardó hasta que finalmente lo utilizó con el objetivo de pagar una deuda. Junto a Mustapha Zouaoui, varias veces condenado por chantaje, habría ideado un plan para extorsionar a Valbuena.
La idea en cuestión no funcionó. En un primer momento, el objetivo era informarle al futbolista de manera anónima que alguien tenía un video suyo y ofrecerle la ayuda de Angot para borrarlo a cambio de dinero, pero el mediocampista no accedió. En lugar de aceptar la oferta de chantaje, el oriundo de Burdeos acudió a la policía.
A partir de allí se intervinieron los teléfonos de los supuestos chantajistas y encontraron conversaciones con Zenati, y en una de ellas pedía la intervención de Benzema, quien en una de las citaciones reconoció haber mantenido esa conversación, afirmando que lo había hecho con la única intención de ayudar a su amigo.
Sin embargo, del otro lado, Valbuena entendió que al establecer contacto con los chantajistas, el hombre del Real Madrid también formaba parte del operativo. Las conversaciones telefónicas posteriores de Benzema y Zenati, intervenidas por la policía, dejaron al madridista en mal lugar, ya que en las mismas trataba a Valbuena de “maricón” y aseguraba que se “había tragado” la presión a la que había sido sometido.
Benzema reconoció durante los interrogatorios haber dicho a Valbuena que él mismo había visto el vídeo, algo que posteriormente negó, una mentira que la acusación interpreta como un intento de incrementar la presión para que pagara.