El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el domingo que no está previsto que reciba la vacuna contra el coronavirus de manera prioritaria y que ha pedido a los funcionarios de la Casa Blanca que no tengan acceso a ella hasta “un poco más tarde”, revirtiendo los planes que manejaba su gobierno.
Luego de que la prensa informe que los funcionarios tendrían cierta prioridad en la aplicación de la vacuna, Trump indicó que había dado la orden de evitar dicho escenario. “Las personas que trabajan en la Casa Blanca deben recibir la vacuna un poco más tarde, salvo que sea estrictamente necesario. He pedido que se haga este ajuste. No está previsto que reciba la vacuna, pero espero hacerlo en el momento apropiado”, dijo en su cuenta de Twitter.
Horas antes, un vocero había dicho que los funcionario de lato rango recibirían las vacunas “de acuerdo con la continuidad de los planes del gobierno establecidos en la política ejecutiva”, Según explicó John Ulyot, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, “el pueblo estadounidense debería tener la confianza de que están recibiendo la misma vacuna segura y efectiva que los funcionarios de alto rango del gobierno de Estados Unidos bajo las recomendaciones de los profesionales de la salud pública y el liderazgo de seguridad nacional”.
Trump, de 74 años, está entre los grupos de riesgo que recibirán la vacuna de Pfizer con prioridad desde este lunes, aunque su caso es especial por ya haber tenido la enfermedad. Además, se analizaba que se aplique la dosis de forma pública como forma de impulsar confianza en la ciudadanía con respecto a las evidencias científicas sobre la seguridad de la fórmula.
De acuerdo con las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aún no hay suficiente información para determinar si aquellos que han tenido covid-19 (como es el caso de Trump) también deberían de recibir la vacuna. El vicepresidente Mike Pence no ha contraído el virus, y sus asesores han discutido cuándo y cómo el vicepresidente debería recibir la vacuna en momentos en los que el gobierno trata de aumentar la confianza del público en la vacuna.
La vacuna desarrollada por Pfizer requiere dos dosis administradas con tres semanas de diferencia, lo que significa que los funcionarios del gobierno de Trump podrían recibir la última inyección semanas antes de dejar sus cargos.
El plan de vacunación del gobierno de Trump podría ser de gran ayuda para su sucesor, debido a que los asesores del presidente electo Joe Biden han estado discutiendo cuándo y cómo debería ser vacunado, y también han trabajado para establecer planes para reforzar las medidas de seguridad en la residencia presidencial para mantener sano al demócrata de 78 años de edad.
Estados Unidos es el sexto país del mundo en autorizar el uso de la vacuna tras Reino Unido, Canadá, Bahréin, México y Arabia Saudita. Se espera que durante esta semana 2,9 millones de dosis sean enviadas para su uso en el país.
Estados Unidos es el país más afectado por la pandemia, con más de 16,25 millones de casos acumulados y 199.163 fallecidos, según los últimos datos ofrecidos por la Universidad Johns Hopkins.