El papa Francisco celebró su primera audiencia desde que Italia levantó el confinamiento, reuniendo a los trabajadores de la salud que lucharon contra el coronavirus en Lombardía, la región más afectada de Italia.
El sumo pontífice agradeció a los médicos y enfermeros de toda Italia, llamándolos «ángeles», por su trabajo, dedicación e incluso por prestar sus teléfonos para que los pacientes moribundos pudieran despedirse de sus familias.
En Italia casi 35.000 personas fallecieron por covid-19, de ellos unos 170 eran médicos.