Más de 135.000 tiendas tuvieron que cerrar definitivamente sus puertas al público en Brasil durante el segundo trimestre del año por la crisis de la pandemia del coronavirus, el mayor número registrado desde 2016, cuando el país sufrió una de las más graves recesiones económicas de su historia.
De acuerdo con un estudio realizado por la Confederación Nacional de Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC), el número de almacenes que pusieron fin a su actividad en el gigante sudamericano equivale al 10 % del total de establecimientos comerciales registrados antes de que la COVID-19 llegara a Brasil.
En total fueron 135.200 tiendas clausuradas, un 22 % más que las que tuvieron que cerrar sus puertas en 2016 cuando la economía se contrajo un 3,5 % por segundo año consecutivo, tras la crisis económica que el país sufrió desde 2015 y de la que apenas comenzaba a recuperarse desde 2017 pero con un crecimiento muy lento (1,3 % en 2017, 1,3 % en 2018 y 1,1 % en 2019).
La crisis provocada por el nuevo coronavirus hizo inviable un gran número de comercios minoristas, que despidieron a un número aún no calculado de empleados entre abril y junio de este año.
“Las ventas cara a cara, consideradas históricamente como el principal tipo de consumo de la población, tuvieron un volumen muy bajo en este período”, señaló José Roberto Tadros, presidente de la CNC, al explicar el motivo del cierre de los comercios.
De acuerdo con el directivo, a pesar de la grave coyuntura del segundo trimestre, el ritmo de recuperación de las ventas en el comercio en los últimos meses “ha sorprendido positivamente”, gracias a factores como el comercio electrónico.
Así las cosas, el sector prevé que terminará el 2020 con 88.700 establecimientos menos que los de 2019, totalizando 1,252 millones de tiendas en todo el país.
Según la patronal, los segmentos más afectados por la pandemia en el segundo trimestre fueron aquellos donde predominó el comercio de artículos considerados como no esenciales: utensilios para el hogar, con más de 35.000 tiendas cerradas; vestuario, calzado, tejidos y complementos, con 34.500 puntos desactivados, y el sector automotriz con más de 20.000 establecimientos cancelados.
El comercio minorista de productos de informática y comunicación fue el que registró las menores pérdidas absolutas entre el sector de productos no esenciales.
Ya en lo relacionado con el mercado de productos esenciales, que ha sido menos afectado durante la pandemia, el menor número de puntos de ventas cerrados lo registró el sector de supermercados, con unas 12.000 tiendas cerradas, y el de las perfumerías y farmacias, con poco más de 5.000 puntos desactivados.
Según el más reciente informe del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), pese a que solo una de cada cuatro empresas comerciales redujo el número de empleados en junio, el cierre de establecimientos con vínculos laborales llevó a la eliminación de casi 500.000 empleos formales en el segundo trimestre.
Pese a que los últimos indicadores macroeconómicos indican una leve mejoría, Brasil camina a concluir 2020 con una de las peores recesiones de las últimas décadas.
Según analistas consultados por el Banco Central, la economía brasileña cerrará 2020 con una retracción del 5,52 %, aunque organismos internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, son más pesimistas y sitúan esa retracción entre el 8 y el 9 %.