El huracán Beryl arrancó tejados en Jamaica, golpeó barcos de pesca en Barbados y dañó o destruyó el 95 % de las casas en un par de islas en San Vicente y las Granadinas antes de avanzar hacia las Islas Caimán y poner rumbo a la costa caribeña de México, tras matar al menos a siete personas.
El ciclón, la tormenta más temprana en alcanzar la categoría 5 en una temporada del Atlántico, se debilitó ligeramente pero seguía siendo un fuerte huracán y se esperaba que su centro pasara durante la noche justo al sur de las Islas Caimán.
La popular costa caribeña de México preparaba refugios, evacuó algunas poblaciones pequeñas e incluso trasladó huevos de tortuga marina desde las playas bajo amenaza de marejada ciclónica, aunque en los clubes nocturnos de Playa del Carmen y Tulum los turistas tuvieron una noche más para salir.
La Armada mexicana patrullaba zonas como Tulum, explicando a turistas en inglés y en español que se preparasen para la llegada de la tormenta.
La madrugada del jueves, el centro de la tormenta estaba unos 800 kilómetros (500 millas) al este-sureste de Tulum, México. Mostraba vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora (125 millas por hora) y se desplazaba hacia el oeste-noroeste a 32 km/h (21 mph). Estaba previsto que Beryl tocara tierra en una zona poco poblada de lagunas y manglares al sur de Tulum en las primeras horas del viernes, probablemente con categoría 2. Después se esperaba que cruzara la península de Yucatán y volviera a ganar fuerza en las aguas cálidas del Golfo de México para un segundo impacto en la costa noreste de México, cerca de la frontera con Texas.
La tormenta ya ha mostrado su potencial destructivo en una larga franja del sureste del Caribe.
El centro de Beryl rozó el miércoles la costa sur de Jamaica, donde provocó apagones y arrancó tejados. El primer ministro, Andrew Holness, dijo que Jamaica no ha visto “lo peor de lo que podría pasar”.
“Podemos hacer todo lo humanamente posible y dejamos el resto en manos de Dios”, manifestó Holness.
Varios caminos de los asentamientos del interior del país se vieron afectados por la caída de árboles y de postes del tendido eléctrico, mientras que algunas comunidades de la sección norte se quedaron sin electricidad, según el servicio de información del gobierno.
El golpe más duro podría haber llegado antes en la trayectoria de Beryl, cuando azotó dos islas pequeñas de las Antillas Menores.
En torno al 95 % de las viviendas en las islas de Mayreau y Unión habían resultado dañadas, indicó Michelle Forbes, directora de la Organización Nacional de Manejo de Emergencias en San Vicente y las Granadinas.
Se reportaron tres muertes en Granada y Carriacou y otra en San Vicente y las Granadinas, según las autoridades. Otras tres personas murieron en el norte de Venezuela, donde había cuatro desaparecidos, según las autoridades.
Una de las muertes en Granada se produjo después de que un árbol cayera sobre una casa, indicó Kerryne James, ministra de Medio Ambiente, a The Associated Press.
El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, ha prometido reconstruir el archipiélago.
El último huracán de categoría 3 o más que golpeó el sureste del Caribe fue Iván hace 20 años, que mató a docenas de personas en Granada.
En Cancún el miércoles por la tarde, Donna McNaughton, cardióloga escocesa de 43 años, se tomaba con calma la llegada de la tormenta.
Su vuelo de regreso no salía hasta el lunes, de modo que tenía previsto seguir la recomendación de su hotel de esperar a que pasara.
“No estamos demasiado asustados. Remitirá”, dijo. “Y de todos modos en Escocia estamos acostumbrados al viento y la lluvia”.