La Comisión de Bolsa y Valores (SEC, en inglés) interpuso este martes una demanda civil contra Elon Musk por fraude de valores en la compra en 2022 de la red social Twitter, rebautizada como X.
La demanda afirma que Musk omitió informar sobre la acumulación de una participación activa en Twitter como estaba obligado a hacer, lo que le habría permitido adquirir acciones a “precios artificialmente bajos”.
Esta acción por parte de la SEC llega a seis días de que el todavía presidente, Joe Biden, abandone el poder.
Musk compró Twitter por 44.000 millones de dólares en 2022, pero a principios de ese año habría acumulado el 9 % del accionariado, sin revelarlo públicamente a tiempo.
Las normas de la SEC obligan a revelar una participación mayor al 5 % en una empresa en un periodo de 10 días, algo que Musk no hizo.
Eso le permitió seguir comprando acciones por valor de unos 500 millones de dólares ahorrándose cerca de 150 millones de dólares, según la SEC.
Los reguladores, que interpusieron la demanda ante un tribunal federal del Distrito de Columbia, piden que Musk sea condenado a devolver las ganancias injustas obtenidas y pagar una multa.
Un abogado de Musk, Alex Spiro, dijo en un comunicado que su cliente “no ha hecho nada malo” y tachó de “fraude” la demanda.
Desde la compra de Twitter, Musk se implicó en política doméstica e internacional y se convirtió en un importante donante de la campaña presidencial de Donald Trump.
El presidente electo ha prometido un papel influyente a Musk, que liderará un organismo asesor dedicado a recortar el gasto público y las regulaciones.
Todo esto sucede mientras que, el régimen de China estaría evaluando la posibilidad de que Elon Musk adquiera las operaciones estadounidenses de TikTok si la compañía finalmente no lograra sortear la prohibición de la aplicación en el país, según indicaron a Bloomberg fuentes familiarizadas con el asunto.
Los funcionarios de Beijing prefieren que TikTok siga siendo propiedad de la china ByteDance, que ha apelado la inminente prohibición ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
Sin embargo, habrían comenzado a debatir los planes de contingencia para TikTok como parte de una amplia discusión sobre cómo trabajar con la administración de Donald Trump, según las fuentes, que apuntaron que un posible acuerdo con Musk, uno de los aliados más cercanos de Trump, tendría cierto atractivo para Beijing.
Musk gastó más de 250 millones de dólares (245 millones de euros) en apoyar la reelección de Trump y ha sido elegido para un papel destacado en la mejora de la eficiencia del Gobierno después de que el republicano asuma el cargo.
“TikTok no debería ser prohibida en los EEUU, aunque tal prohibición pueda beneficiar a la plataforma X”, escribió Musk en la red social de su propiedad.
En cualquier caso, las fuentes señalaron que las conversaciones en el gigante asiático sugieren que el destino de TikTok puede que ya no esté bajo el control exclusivo de ByteDance.
El régimen chino posee una ‘acción de oro’ en una filial de ByteDance que le da influencia sobre la estrategia y las operaciones de la empresa, aunque TikTok sostiene que el control sólo se aplica a la filial con sede en China, Douyin Information Service, y no tiene relación con las operaciones de ByteDance fuera de China.
En respuesta a la publicación de Bloomberg, TikTok calificó este mismo martes de “pura ficción” -en un comentario enviado a EFE- la posibilidad de que las autoridades chinas planeen su venta a Elon Musk si el Tribunal Supremo de Estados Unidos finalmente respalda su cierre.
“No se puede esperar que comentemos sobre algo que es pura ficción”, señala el escueto comentario enviado a EFE por un portavoz de TikTok, que tiene una de sus sedes en Singapur.