El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro llegó este miércoles a la sede de la Policía Federal para declarar sobre sus acciones antes de los ataques del 8 de enero contra edificios gubernamentales en Brasilia.
Una semana después de que su sucesor izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva asumiera el cargo, los partidarios de Bolsonaro asaltaron y destrozaron los edificios del Tribunal Supremo, el Congreso y el palacio presidencial. Se espera que cientos de ellos sean juzgados.
El fiscal general de Brasil, Augusto Aras, declaró el 14 de abril que Bolsonaro “presuntamente alentó la perpetración de crímenes” contra el Estado de derecho. El expresidente abandonó el país tras su derrota y se alojaba en Orlando (EE.UU.) durante los atentados. Nunca había reconocido abiertamente su derrota en la carrera presidencial más reñida desde el retorno de Brasil a la democracia hace más de tres décadas. También hizo repetidas afirmaciones infundadas que sembraron dudas sobre la fiabilidad del sistema de votación electrónica de Brasil. Muchos de sus partidarios más acérrimos siguen creyendo que las elecciones fueron fraudulentas, aunque no hay pruebas de ello.
Su declaración jurada es un paso adelante en sólo una de las investigaciones que apuntan al líder de extrema derecha y que podrían inhabilitarlo para las próximas elecciones o llevarlo a la cárcel. Bolsonaro admitió el 15 de marzo que su inelegibilidad es posible, pero dijo que la prisión sólo podría resultar de una decisión “arbitraria”. El ex presidente ha negado cualquier delito en los casos o participación en el levantamiento del 8 de enero.
El juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes accedió a una petición de la fiscalía general para investigar el papel de Bolsonaro, citando un vídeo que el ex presidente publicó en Facebook dos días después de la revuelta. En él se afirmaba que Lula no fue votado para el cargo, sino que fue elegido por el Tribunal Supremo y el órgano electoral, que el juez de Moraes también supervisa.
Aunque Bolsonaro publicó el vídeo después de los disturbios y lo borró a la mañana siguiente, los fiscales argumentaron que su contenido era suficiente para justificar la investigación de su conducta de antemano.
A principios de este mes, Bolsonaro declaró ante la policía federal sobre tres juegos de joyas de diamantes que recibió de Arabia Saudita durante su etapa como presidente. También en ese caso niega haber cometido delito alguno.