El ex senador de Nueva Jersey Bob Menéndez fue sentenciado este miércoles a 11 años de prisión luego de que un tribunal de Manhattan lo encontrara en julio culpable de 16 delitos de soborno, extorsión, conspiración y obstrucción de la Justicia. Se trata del primer miembro del Congreso estadounidense en funciones en ser condenado por actuar como agente extranjero.
Según expusieron los fiscales y ratificaron los magistrados, Menéndez abusó de su posición de liderazgo en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado y aceptó dinero en efectivo, un auto Mercedes Benz y lingotes de oro en forma de sobornos a cambio de ayuda a tres empresarios y al Gobierno de Egipto. Tanto los miles de dólares en billetes como la docena de bloques del metal fueron encontrados escondidos entre su ropa durante un allanamiento a su propiedad en 2022.
A cambio de todo ello, Menéndez presionó al Departamento de Agricultura de Estados Unidos en lo referente al monopolio de la certificación de carne halal que beneficiaba a uno de los empresarios, impulsó la ayuda militar a El Cairo e intentó manipular dos investigaciones penales vinculadas a los otros dos empresarios, entre otras acciones.
La “gravedad” de estos crímenes, según la Fiscalía, provocó un “daño inconmensurable a la confianza pública” y exigían medidas que permitan “disuadir a otros de participar en abusos de poder tan atroces”, por lo que solicitaron a la Justicia una pena de 15 años tras las rejas.
Sin embargo, los abogados de Menéndez, quien renunció a su cargo en agosto, pidieron a los magistrados una pena menor, considerando su avanzada edad, el fin de su carrera profesional y la enfermedad de su esposa.
“La sentencia recomendada por la libertad condicional de 12 años de prisión sería draconiana, probablemente una sentencia de cadena perpetua o muerte para alguien de la edad y condición de Bob. Merece clemencia debido a las sanciones ya impuestas, su edad y la falta de una necesidad imperiosa de imponer una sentencia de prisión”, argumentó su equipo legal, que destacó también que, dado este contexto, ya no está en posición de ser un reincidente.
“Con este caso, su carrera política y profesional han terminado, su reputación está destruida y los últimos años de su vida están en ruinas. Está seguro de que nunca volverá a cometer delitos. Su estado actual, despojado de su cargo y viviendo bajo una sombra permanente de desgracia y burla, es más que suficiente para reflejar la gravedad de los delitos y promover el respeto por la ley”, sumaron sus defensores.
Sin embargo, el juez Sidney Stein se inclinó por la posición adoptada por la Fiscalía y dijo al comunicar su decisión que “no se puede hacer creer al público que es posible salirse con la suya mediante el soborno, el fraude y la traición”.
“Ustedes (Menéndez y otros acusados) estuvieron en la cima de nuestro sistema político y en algún momento del camino se extraviaron. No sé qué lo llevó a esto, la avaricia ciertamente fue parte de ello, la arrogancia fue parte de ello”, cuestionó el magistrado.
El ex Senador se emocionó al escuchar las palabras del Juez y sostuvo su inocencia en todo momento.
“Tienen ante ustedes a un hombre escarmentado. Realmente no me conocen. Ninguna de las revelaciones que se hicieron en el juicio se acerca a quién soy. He dedicado toda mi vida al servicio de los demás”, comenzó diciendo.
“Nunca he sido otra cosa que un patriota de mi país y para mi país. Nunca, jamás, he sido un agente extranjero. Nunca he violado mi juramento. Aparte de mi familia, he perdido todo lo que alguna vez me importó. Para alguien que pasó toda su vida en el servicio público, cada día que estoy despierto es un castigo”, agregó.
Poco antes de que se conociera su sentencia, dos empresarios de Nueva Jersey vinculados al caso también fueron condenados. Wael Hana recibió ocho años de prisión y Fred Daibes, siete.