El Madrid no aprovechó el tropiezo del Barcelona en Valencia y no pudo ponerse líder al no pasar del empate sin goles en el Bernabeu ante un Betis que supo cómo bloquearle con un partido muy físico, muy bien plantado en el centro de campo y con una zaga que apenas concedió ocasiones. El Madrid careció de fluidez y notó sobremanera, como en sus peores días, que adolece de gol, una constante desde la marcha de Cristiano.
Se diría que el Betis les tiene la medida tomada a los blancos en Chamartín. Llevaba dos temporadas seguidas ganando. El Madrid rompió a medias la racha, pero la noche le dejó un sabor horrible. Preparado para la fiesta, pasó 90 minutos de tortura, obligado a trabajos de Hércules. Ni siquiera le sirvió la heroica, unos últimos minutos en los que embotelló en su área a un rival que se defendió con uñas y dientes.
Lo que está claro es que Zidane ha encontrado ya a sus once tipos. Ante el Betis la noche parecía propicia a las rotaciones, pero no hizo como en Palma. Mantuvo al bloque de los dos últimos partidos e hizo cambios mínimos: quitó a Marcelo por Mendy y a Valverde por Modric. Mendy pareció una versión menor de Marcelo. Defendió algo mejor, pero a la hora de atacar no ofreció la lucidez del mejor Marcelo. La presencia de Modric tampoco mejoró a las prestaciones del joven uruguayo.
El Betis se las apañó para tapar el juego de creación del Madrid con una presión alta. Como dijo Zidane la víspera, en absoluto pareció un equipo de la zona baja de la tabla. Desde el primer momento salió a por el partido y defendió y atacó con mucha gente. Cada vez que Canales recibía en la medular, el Madrid sufrió.
Si la clave para el Madrid ante el Leganés fue marcar muy pronto, los blancos salieron con igual actitud, pero su ímpetu se fue diluyendo con el paso de los minutos, agobiados por el buen hacer de los verdiblancos. Y eso que el Madrid marcó también muy pronto, a los siete minutos en una acción individual de Hazard, pero el VAR anuló el gol por fuera de juego del belga.
Hazard estuvo algo más entonado que de costumbre. De hecho, se le vio más que a Rodrygo, bastante más apagado por la derecha. El joven brasileño pidió constantemente el balón, pero el juego del Madrid fluyó mucho más por la banda de Ferland Mendy, que no cerraba bien las jugadas.
La primera parte transcurrió con mucho juego posicional en el centro de campo. Los porteros fueron casi espectadores de lujo. Courtois comprometió a los suyos con una salida a por uvas que no acabó en gol visitante porque Guardado remató de volea muy alto. Joel tampoco tuvo mucho trabajo, pero evitó la única ocasión clara de la primera parte en el minuto 44, en una de las mejores combinaciones de los blancos, un gran pase de Modric a Benzema que este cedió con el pecho a Ramos. El sevillano remató con fuerza y Joel pudo desviar el balón.
La segunda parte empezó con más de lo mismo. El Madrid tenía el cuero, pero lo movía con demasiada lentitud en cuanto se aproximaba al área y el Betis no pasaba por verdaderas situaciones de peligro. Al cuarto de hora Mendy tuvo una contra clara, se presentó ante Joel, pero erró el mano a mano porque escoró su remate al lateral de la red.
Ya no esperó más Zidane. Quitó a Rodrygo, que había corrido mucho pero había aparecido poco, por Vinicius. El Madrid apretó de firme los últimos minutos, pero sin claridad. Pidió penalti por manos de Feddal en el área pero el VAR no lo concedió. Vinicius tuvo las últimas ocasiones, pero sigue peleado con el gol y la noche terminó entre broncas y decepciones.