El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este 17 de noviembre la revocación de visas y la imposición de nuevas restricciones migratorias para personas en Nicaragua identificadas como facilitadoras conscientes de la inmigración ilegal hacia territorio estadounidense.
La medida, según el comunicado oficial, va dirigida a individuos vinculados a empresas de transporte, agencias de viajes y operadores turísticos que presuntamente han participado en el traslado de migrantes desde Nicaragua hacia rutas que conducen a Estados Unidos. Washington sostiene que estos servicios han alimentado redes que lucran con el movimiento irregular de personas en la región.
De acuerdo con autoridades estadounidenses, las políticas migratorias del Gobierno de Nicaragua han permitido un flujo constante de viajeros que, posteriormente, se incorporan a rutas irregulares con destino al norte. En ese contexto, las restricciones buscan frenar lo que EE UU describe como “facilitación consciente” del tráfico migratorio.
La decisión se suma a acciones previas. En meses anteriores, Estados Unidos ya había aplicado restricciones de visa a funcionarios nicaragüenses y empresarios señalados de contribuir a la migración irregular. Según el Departamento de Estado, el objetivo es desincentivar a actores que obtienen beneficios económicos a costa de personas vulnerables.
Tras el anuncio, la administración del Presidente Donald Trump busca que su postura de supervisión estricta sobre las operaciones que rodean el flujo migratorio regional sea más firme y seria, mientras aprovecha para advertir que las sanciones continuarán mientras persista la participación de sectores públicos y privados en actividades que favorezcan la movilidad irregular.















