La Corte Constitucional de Ecuador (CEE) aprobó este miércoles el matrimonio igualitario, sentando jurisprudencia en un país donde la Carta Magna de estilo socialista, en vigencia desde 2008, establece que el matrimonio es la unión entre hombre y mujer.
El organismo precisó en un comunicado que el matrimonio entre personas del mismo sexo fue aprobado, en una sesión reservada, con el voto de cinco de sus nueve miembros.
Los cuatro jueces que se pronunciaron en contra consideraron que para reconocer el matrimonio igualitario primero se deben realizar reformas constitucionales mediante mecanismos contemplados en la ley y a través de la Asamblea Nacional.
«El pronunciamiento es obligatorio en el país porque las decisiones de la Corte Constitucional obligan a las autoridades ecuatorianas» a acatarlas, dijo el constitucionalista Gustavo Medina.
Los jueces del organismo aprobaron dos casos de matrimonio civil igualitario, frente a la demanda planteada por dos parejas -Xavier Benalcázar y Efraín Soria, así como Rubén Salazar y Carlos Verdesoto-, activistas que recurrieron a todas las instancias legales demandando su derecho a contraer matrimonio.
La resolución «es vinculante u obligatoria», por lo que «tendrá que aplicarse en el país», enfatizó Medina, expresidente de la Suprema Corte de Justicia y exprocurador (abogado) del estado ecuatoriano.
Soria dijo que tras conocer la decisión, él y su pareja empezaron a planificar su boda.
«Estamos felices, estamos muy felices, es una felicidad para toda nuestra comunidad y para Ecuador porque nuestra lucha ha sido por derechos. Ahora tenemos que esperar para ver los términos en que la Corte ha dado este paso positivo», aseguró.
En América Latina los países que han aprobado alguna forma legal de matrimonio igualitario son Costa Rica, Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay. También está permitido en la Ciudad de México.
Ecuador únicamente reconocía el matrimonio heterosexual y como un elemento de menor jerarquía la unión de hecho, una declaración notarial en la que dos personas señalan que viven juntas pero con protección casi inexistente en aspectos como los beneficios sociales, médicos y laborales.
Uno de los escenarios que mejor ilustra esa situación es que en caso de separación o muerte de uno de los integrantes de una pareja en matrimonio convencional la sucesión de los bienes es directa, mientras que en la unión de hecho se debe hacer un juicio sumario para reclamarlos.
Soria y su pareja, con quien se unió de hecho en 2012, han llevado su exigencia de matrimonio igualitario ante las cortes y tras una larga lucha en marzo la Corte Provincial elevó una consulta a la Corte Constitucional.
Ante una consulta de organizaciones homosexuales, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una opinión favorable para que Ecuador apruebe el matrimonio igualitario.
Según organizaciones LGBTI, existen diez causas judiciales abiertas de matrimonio civil igualitario en Guayaquil, Quito y Cuenca.
QUE ESTUPIDEZ MAS GRANDE, ESTOS MARICAS SE ATREVEN A «CELEBRAR» NO HAY DUDA QUE EL MUNDO EL MAL ESTA GANANDO TERRENO Y LOS QUE NOS DECIMOS BUENOS NO ESTAMOS HACIENDO NADA POR EVITAR QUE EL MUNDO SE SIGA PERDIENDO, HOMBRE Y MUJER LOS CREO DICE LA BIBL
Como es posible q una minoria de enfermos inadaptados, sobre ponga sus intereses sobre la mayoria. Q verguenza para esos paises q aprueban una ideologia q esta destruyendo la familia y por ende la sociedad . Decadencia humana
BUENO LES GUSTA POR EL CHIQUITIN
La palabra de Dios tiene que cumplirse leer Romanos 1:18-32, hoy justicia= lo malo sera lo bueno y al revés, todo lo basan en caprichos del sexo de algunas personas por justificar su pecado, pero Dios juzgará a hechor y consentidor
Es una lastima que los paises sigan aprobando que un enfermo mental, lasivo, degenerado, pedofilo imponga su criterio y obtenga leyes a su favor. Los homosexuales tienen problemas mentales, mejor creemos leyes para que resiban ayuda psicologica
Esa es la agenda que le imponen los globalistas europeos a los presidentes marionetas de latinoamerica. Aquí pronto tendremos que enfrentarnos a eso, y al aborto, y al feminismo de tercera ola, los cánceres de la sociedad moderna, tiempo al tiempo.