Sin que fuese anunciado al público, como suele ocurrir, el presidente Donald Trump se sometió a una revisión médica de rutina.
El presidente Donald Trump pasó más de dos horas en el Centro Médico Nacional Walter Reed el sábado para someterse a lo que la Casa Blanca describió como pruebas de salud correspondientes a su revisión médica anual.
La consulta no figuró en el calendario de actividades públicas de fin de semana de Trump, cuyo previo examen médico fue realizado en febrero.
La secretaria de prensa Stephanie Grisham dijo que el presidente Trump, de 73 años, “esperaba un 2020 muy ajetreado” y quería aprovechar “un fin de semana libre” en Washington para comenzar una parte de su revisión médica de rutina.
Grisham no abundó en detalles sobre los exámenes ni explicó las razones de que su visita médica no haya sido revelada por adelantado. En 2018 y 2019, las revisiones médicas de Trump fueron anunciadas por adelantado y aparecieron en su calendario de actividades públicas.
“El presidente sigue sano y vigoroso sin quejas, como lo demuestra en sus frecuentes presentaciones vigorosas en actos ante miles de estadounidenses varias veces por semana”, aseveró la secretaria de prensa.
Fue la novena visita del presidente al hospital desde que asumió el cargo.
La revisión médica del 8 de febrero mostró que Trump había subido de peso y estaba considerado oficialmente obeso. Su índice de masa corporal fue 30.4. Pesó entonces 110,2 kilogramos (243 libras) y midió 1,90 metros (6 pies, 3 pulgadas) de estatura.
Esa ocasión, supervisada por su médico Sean P. Conley, duró más de cuatro horas y contó con la participación de un panel de 11 especialistas.
“Me complace anunciar que el presidente de Estados Unidos tiene muy buena salud y anticipo que permanecerá igual por el tiempo que dure su presidencia y mucho después”, escribió Conley en ese entonces.
Los resultados de los exámenes fueron difundidos seis días después y mostraron que Trump tenía un peso de 110,2 kilogramos (243 libras), en comparación con los 107 kilogramos (236 libras) en septiembre de 2016, antes de que fuera presidente.
Según los médicos, una persona es considerada obesa con un índice de masa corporal de 30 calculado con la fórmula ordinaria. Alrededor de 40 por ciento de los estadounidenses es obeso. Esta condición eleva el riesgo de que sufran enfermedades cardiacas, diabetes, un derrame cerebral y algunos tipos de cáncer.
Trump no fuma ni bebe alcohol, pero se sabe que es amante de la comida rápida, la carne roja y los postres. Y práctica golf como su principal forma de ejercitarse.
¿Recuerdan al general GALLINA Pinochet, que cada vez que lo iban a llevar ante los tribunales de justicia, el muy cobarde se enfermaba?
Si quieren ver su medicos como le quitan lo ladron del cerebro, andar quebrando sus empresas para no pagar sus impuestos, o si tienen suerte le extirpen la parte del cerebro donde tiene un tumor llamado «Racist-Xenofobic»