Los demócratas tomaron el martes control total de la legislatura de Virginia por primera vez en más de dos décadas, mientras que el resultado de la contienda por la gobernación de Kentucky (un bastión republicano) continuaba en el aire pese a los empeños de último minuto del presidente Donald Trump.
En Kentucky, el demócrata Andy Beshear se declaró victorioso en la contienda a la gobernación en lugar del republicano y mandatario estatal actual Matt Bevin, quien no ha concedido la derrota. Y en Virginia, los demócratas asumieron control del Senado y la Cámara de Representantes del estado, apoderándose de una entidad que a menudo es campo de batalla rumbo a la Casa Blanca.
Se trata de un revés para Donald Trump, que se implicó personalmente en las campañas electorales de dos estados a un año de los comicios presidenciales en los que buscará reelegirse.
A un año de las elecciones presidenciales, los resultados representan una señal de alarma para ambos partidos. Los votantes en las regiones urbanas de Kentucky y Virginia se inclinaron por el Partido Demócrata, una tendencia que, de mantenerse, complicaría las aspiraciones de reelección de Trump. Y los demócratas que registraron avances el martes, lo consiguieron gracias a que mayormente evitaron temas como “Medicare para Todos” que han dominado el debate entre los candidatos presidenciales del partido.
Los avances demócratas en Virginia se registraron en suburbios que ya marcaban cierta inclinación hacia el partido en los últimos años. En Kentucky, Beshear ganó importante terreno en condados suburbanos que hace cuatro años habían impulsado al Partido Republicano en su camino al poder. Otros candidatos republicanos en Kentucky obtuvieron victorias cómodas. Pero la disputa principal ofreció un nuevo ejemplo de la era Trump de la disposición de los votantes de zonas urbanas a desprenderse de su lealtad republicana, incluso después de que el presidente hizo un llamado personal a nombre del abanderado republicano.
En Mississippi, el republicano Tate Reeves ganó la pugna por la gobernación del estado. Reeves, de 45 años, está terminando su segunda legislatura como vicegobernador. Tanto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como el vicepresidente, Mike Pence, viajaron a Mississippi en los últimos días para hacer campaña por él.
El demócrata Jim Hood admitió su derrota y dio las gracias a la población por dejarle servir cuatro legislaturas como secretario de justicia del estado.
Los votantes también se pronunciaban sobre varias medidas concretas. En Jersey City, aprobaron restricciones a las empresas de arrendamiento de corto plazo en un disputado referendo. La decisión asestó un golpe a compañías como Airbnb en uno de sus mercados principales, una ciudad situada a apenas unos minutos en tren de la turística Manhattan.
En Tucson, Arizona, los votantes rechazaron una propuesta de un grupo de activistas que la habría convertido en la única ciudad santuario del estado. La decisión en una de las ciudades más progresistas de Arizona era un alivio para el gobierno demócrata municipal, que temían que la iniciativa pusiera en peligro millones de dólares en financiamiento estatal y federal y amenazara la seguridad pública.
Gobernador rechaza los resultados
El gobernador de Kentucky, el republicano Matt Bevin, se negó a reconocer su aparente derrota en la ajustada elección estatal del martes, atribuida por el fiscal general Andy Beshear, demócrata que celebró lo que representa un golpe para Donald Trump.
Bevin aludió a presuntas “irregularidades” en el proceso de votación y dio a entender que pedirá un recuento de votos. Aunque las autoridades electorales notaron la diferencia que favorece al candidato opositora. La diferencia entre los candidatos era de apenas 0,4 puntos (49,2 a 48,8, cerca de 5 mil votos).
El aparente triunfo de Beshear en un estado de marcado carácter conservador se produce apenas un día después de que el presidente Donald Trump viajara a a Kentucky para dar un mitin de apoyo a Bevin. Ironizando sobre el frenesí mediático, el mandatario había llamado la noche del lunes a sus electores a acudir a las urnas en Kentucky con palabras que podrían resultar premonitorias: “Si perdemos, eso enviaría un muy mal mensaje (…) No pueden dejar que me pase eso a mí”, dijo ante la multitud.
El futuro electoral para Donald Trump y sus socios del Partido Republicano cada dia mas se ve mas oscuro que claro. Sus politicas descabelladas y forma de gobernar en base del miedo y el terror no le ha dado mucho efectividad ultimamente. HOMBRE MALO