Dani Alves sigue en la cárcel. El jugador de 39 años, que al momento de la detención era parte del plantel de Pumas, en México, vive desde el 20 de enero en Brians 2, un centro penitenciario ubicado en las afueras de Barcelona. En esa misma ciudad ocurrió el hecho por el cual se lo acusa. A pocas horas de recibir el nuevo año, el defensor habría agredido sexualmente a una joven de 23 años en la discoteca Sutton.
Mientras se espera a que la Audiencia de Barcelona defina cuál será la fecha del juicio que lo tendrá sentado en el banquillo de los acusados, surgió una novedad en el caso. A pedido de la defensa de Alves, a cargo del abogado Cristóball Martell, el histórico lateral derecho de la selección de Brasil volverá a prestar declaración en el caso.
Según indicó el Periódico de Cataluña, quien tiene el récord de mayor cantidad de títulos a nivel individual para un futbolista, se presentará el próximo lunes frente a la jueza a cargo a “petición propia”. Es importante señalar que todo investigado puede declarar cuántas veces quiera ante el magistrado, tal y como estipula la ley.
Frente a este escenario, habrá que ver cuál será el objetivo de Alves y su defensa en su nuevo testimonio. Tras dar tres explicaciones diferentes de lo que ocurrió en la madrugada del 30 de diciembre pasado, el ex jugador del Barcelona finalmente reconoció que sí hubo penetración en el baño del sector VIP del local bailable.
En primera instancia, Alves había asegurado que jamás había visto a la chica protagonista del presunto abuso. Luego de esa versión, admitió que se había cruzado con ella, aunque no había sucedido nada. En la última declaración, la culpó de habérsele tirado encima y que todo se había tratado de una felación motivada por la joven a la que él accedió.
Una vez que tanto la víctima como el futbolista dieron su testimonio, la Justicia determinó que el campeón olímpico con la Verdeamerela continúe en prisión y sin posibilidad de pagar una fianza hasta la fecha del juicio. Carmen Guil Román, la encargada de redactar el escrito en la que se explican los motivos por los cuales el futbolista sigue en prisión, explica que los argumentos que usó la magistrada Anna Marín estuvieron “debidamente motivados”.
Además, aclaró que los indicios del caso contra el brasileño “son diversos y no parten solo de la declaración de la víctima”. Es allí donde hace alusión a los testimonios de testigos y de los propios trabajadores de la disco que “avalan de una manera u otra” lo que declaró la joven de 23 años que habría sufrido el abuso sexual de parte de Alves.
Esto, sumado a que su estadía en la ciudad de Barcelona es “meramente administrativa”, y que la situación económica le permitiría “prever las posibilidades de abandonar el país y trasladarse a Brasil y así hacer imposible la celebración del juicio oral”, fueron puntos clave para mantener la decisión de que continúe en prisión.
La detención a Alves le costó otra pérdida, además de su libertad. Su esposa Joana Sanz, que en un primer momento mostró que acompañaría al jugador, luego tomó la decisión de anunciar su separación en medio del conflicto judicial por el que el brasileño está tras las rejas. “Me cuesta tanto aceptar que esa persona pudiera romperme en mil pedazos. Creo que me va a costar años de vida sacar años de vida su forma de mirarme, esa forma como si yo fuera lo más increíble del mundo”, redactó la influencer de la moda una carta de puño y letra en la que confirmó la noticia.