Un nuevo escándalo de abuso sexual en congregaciones religiosas golpea a la Iglesia católica en Chile, luego que un grupo de monjas de la congregación Hermanas del Buen Samaritano en la comuna de Molina denunciaran el martes 24 de julio haber sido víctimas de agresiones de parte de los curas.
Develado en un reportaje de Informe Especial de la cadena TVN, las religiosas también aseguraron haber sido maltratadas y expulsadas de la orden por la Iglesia tras denunciar los graves hechos en ese pueblo al sur de Santiago.
Las monjas ya reportaron estos hechos al nuncio Ivo Scapolo, enviado por el papa Francisco a investigar varias denuncias por abuso sexual a sacerdotes en Chile y esperan ahora una respuesta.
«Un sacerdote se me acercó, me tocó el pecho y me dio besos en la cara llegando hasta los labios. Me manoseó. Me dio asco», contó Yolanda Tondreaux en uno de los reportajes de TVN. «¡Me lavé las manos bien lavadas y la cara porque un cura me manoseó, un cura!», agregó.
Cuando hizo la denuncia ante la madre superiora Patricia Ibarra fue tratada de mentirosa y enviada a confesarse con el mismo sacerdote abusador. Tondreaux aseguro que en consecuencia muchas monjas jóvenes dejaron el convento, porque sabían que «había curas que las manoseaban».
Más de 23 hermanas fueron forzadas a trabajar como sirvientas de los sacerdotes y luego expulsadas de la congregación tras denunciar los abusos, así declaró Tondreaux.
La religiosa también dijo haber presenciado reuniones entre sacerdotes que, al referirse a las crecientes denuncias de abuso sexual en la Iglesia chilena, simplemente decían: «¿Hasta cuándo dejarán de molestar estos weones?».
No está claro cuándo habrían ocurrido estos abusos, aunque Tondreaux dijo presenciar cómo la Iglesia entregaba cheques por 20 millones de pesos chilenos (unos 30.000 dólares) al ex párroco Fernando Karadima, suspendido en 2011 tras conocerse una serie de enuncias por abuso sexual a menores en su contra.
La monja también acusó de encubrimiento al ex obispo de Talca Horacio Valenzuela, quien habría sabido de lo que ocurría en Molina cuando aún cumplía su rol y que ya acumula otras denuncias del mismo tipo.
La Iglesia católica de Chile se encuentra en medio de una tormenta por una ola de denuncias por abuso sexual y encubrimiento institucional. La Fiscalía chilena detectó las identidades de unas 40 victimas de sacerdote en los archivos que decomisó la policía en junio pasado en los arzobispados de las ciudades de Santiago y Rancagua.
Los casos datan del 2007 y se desprenden denuncias de abusos sexuales de religiosos contra personas menores y mayores. En total, unos 113 sacerdotes han sido denunciados por abusos sexuales en los últimos 15 años, según datos de la misma Iglesia chilena.