Las medidas para hacer frente a la epidemia de neumonía viral se endurecían en todo el mundo, después de que causara más de 636 muertos en China, incluyendo a uno de los primeros médicos que alertó del peligro del nuevo coronavirus, fallecido este viernes.
El gigante asiático registró más de 30.000 personas contagiadas, y cada vez más ciudades dieron orden de quedarse en casa a decenas de millones de habitantes.
La epidemia también se cobró la vida, este viernes de madrugada, del oftalmólogo Li Wenliang, que murió en el hospital central de Wuhan. Él fue uno de los primeros en dar la voz de alarma ante la aparición del brote, lo que le costó que las autoridades lo acusaran de “propagación de rumores”.
Fuera de China continental, se confirmaron más de 240 casos de la enfermedad en una treintena de países y territorios.
Miles de viajeros y tripulantes están retenidos en dos cruceros en Asia.
En Japón, 3.700 personas de decenas de nacionalidades quedaron en cuarentena 14 días en el crucero “Diamond Princess” después de que se confirmaran 20 casos a bordo.
En Hong Kong, unas 3.600 personas corrían la misma suerte en el crucero “World Dream”, después de que tres antiguos pasajeros del mismo dieran positivo en las pruebas del nuevo coronavirus.
Y, según un comunicado de las autoridades japonesas, se detectó un caso a bordo de otro barco, el “Westerdam”, que navega rumbo a Japón.
Suspensiones de vuelos
Numerosas compañías aéreas suspendieron los vuelos con China continental. Las estadounidenses United y American Airlines cancelaron los vuelos también a Hong Kong e Indonesia bloqueó a miles de turistas chinos en Bali al anular las conexiones aéreas.
Air France y KLM anunciaron el jueves que prolongaban hasta el 15 de marzo la suspensión de sus vuelos a China continental, prevista en un principio hasta el 9 de febrero.
Bajo presión, las autoridades hongkonesas cerraron la práctica totalidad de pasos fronterizos con el resto del país e impondrán a partir del sábado una cuarentena de dos semanas a todos los visitantes provenientes de China.
A nivel de evacuaciones, dos aviones militares brasileños partieron para repatriar a sus ciudadanos de Wuhan, y otros dos aviones estadounidenses hicieron repatriaciones el jueves, mientras se preparan dos vuelos adicionales para el viernes.
Y aunque el miércoles se declararon “extremadamente preocupados”, los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 aseguraron el jueves que la competición se celebraría “según lo previsto”.
El balance de la epidemia ascendió a 630 muertos en China continental (sin contar Hong Kong y Macao), después de que la provincia de Hubei informara el viernes de 69 decesos más (y de 2.447 nuevo casos). Fuera de China, la enfermedad se cobró dos víctimas, una en Filipinas y otra en Hong Kong.
La tasa de mortalidad del nuevo coronavirus, de alrededor de un 2%, sigue estando muy por debajo de la de la epidemia del SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave) que mató a 774 personas en el mundo entre 2002 y 2003.
Hospitales construidos a contrarreloj
Dos semanas después de la puesta en cuarentena de la ciudad de Wuhan y de una parte su provincia, Hubei, donde se está propagando la epidemia, el sistema sanitario local está totalmente saturado.
En Wuhan, un hospital con 1.000 camas construido a contrarreloj, empezó a recibir a los primeros pacientes el martes. Un segundo centro médico, con una capacidad de 1.600 camas, debe entrar en funcionamiento este jueves.
Tras la cuarentena en toda la ciudad de Wuhan y la provincia de Hubei, que afecta a unos 56 millones de personas, un número creciente de ciudades del este de China están imponiendo restricciones a los desplazamientos a decenas de millones de personas más.
Para hacer frente a la afluencia de enfermos, las autoridades de Wuhan anunciaron la transformación de una decena de edificios públicos (centros culturales, gimnasios…) en clínicas.
En la metrópolis, de 11 millones de habitantes y corazón de la epidemia, se produce una “severa” falta de camas y de “equipo y material”, dijo Hu Lishan, un alto responsable de la ciudad.
El grupo chino de biotecnología BGI anunció el jueves que se ponía en marcha en esta urbe un laboratorio que puede tratar cada día más de 10.000 pruebas de detección del virus.
En China, donde las medidas de confinamiento se intensifican, varias urbes de la provincia de Zhejiang a varias centenas de kilómetros de Wuhan, decretaron nuevas restricciones a los desplazamientos.
En Hangzhou, una metrópolis tecnológica y turística, a unos 150 km al suroeste de Shanghái, que ha registrado unos 200 casos, cortes de calles impedían el paso a la sede del gigante de comercio en línea Alibaba, y la ciudad solo se autoriza la salida de una persona por vivienda cada dos días para avituallarse.
En Zhumadian, Henan, provincia limítrofe con Hubei, solo puede salir a la calle una persona por vivienda cada cinco días y se han prometido compensaciones económicas a aquellos que denuncien a las personas procedentes de Hubei.
Paralizada por las restricciones y el práctico aislamiento del mundo, la economía china podría sufrir las consecuencias durante mucho tiempo.