Un trágico accidente aéreo sacudió la capital de Estados Unidos este lunes, cuando un avión de pasajeros de American Airlines, operado por PSA Airlines, colisionó en pleno vuelo con un helicóptero Black Hawk del Ejército estadounidense.
El choque provocó que ambas aeronaves cayeran al río Potomac, dejando un saldo potencial de 67 muertos, sin sobrevivientes.
Según las autoridades locales, no se han encontrado signos de vida en los restos de las aeronaves, y las operaciones de búsqueda se centran ahora en recuperar los cuerpos.
Este desastre se convierte en el peor accidente aéreo en Estados Unidos desde 2009, cuando un avión se estrelló en Buffalo, Nueva York, matando a 50 personas.
El CEO de American Airlines, sugirió que la culpa de la colisión recaía sobre el helicóptero Black Hawk. Según la versión inicial de la aerolínea, el avión de pasajeros estaba siguiendo su ruta de vuelo establecida cuando el helicóptero habría invadido el espacio aéreo de manera inesperada, provocando el fatal impacto.
El ejército de Estados Unidos, por su parte, aún no ha emitido un pronunciamiento definitivo sobre las causas del accidente, pero ha asegurado que está colaborando con las autoridades civiles para esclarecer los hechos.
El choque ha dejado consternada a la comunidad local y a los familiares de las víctimas, quienes esperan respuestas mientras las investigaciones continúan.
El río Potomac se ha convertido en un centro de operaciones para las labores de rescate, que están siendo llevadas a cabo por un equipo conjunto de personal militar y civil.