El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue recibido con gritos y pancartas de repudio al inaugurar el año legislativo y en medio de las decenas de pedidos de juicio político que hay en su contra, principalmente por su manejo de la pandemia de coronavirus.
«Fascista» y «genocida» fueron algunos de los gritos que se escucharon cuando Bolsonaro comenzó a hablar ante el pleno parlamentario, en una sesión que culminó con el abandono de los legisladores de izquierda, quienes también mostraron letreros con el mismo mensaje que se replica en cada marcha opositora: «Fuera Bolsonaro», «¡Juicio político, ya!».
«Nos vemos en 2022», fue la respuesta irónica del presidente en referencia a los comicios generales del próximo año, en los que buscará la reelección a pesar del declive que registra su popularidad por la tragedia que ha representado una pandemia que ya dejó 9,3 millones de casos y 228.000 fallecidos, lo que convierte a Brasil en el segundo país con más muertes por coronavirus después de EE.UU.
Más tarde, Bolsonaro entregó a los parlamentarios las iniciativas que quiere que se aprueben este año, entre las que se incluyen leyes para privatizar la empresa estatal energética Eletrobras, mayor acceso a las armas, reformas fiscales y educativas y regularización de territorios en el Amazonas.
La agenda legislativa presidencial no corre riesgos, ya que el pasado lunes dos de sus aliados fueron elegidos como presidentes de ambas Cámaras: Rodrigo Pacheco en el Senado y Arthur Lira en Diputados.
Además de impulsar sus proyectos de ley, ambos le garantizan a Bolsonaro el blindaje necesario para evitar que avance alguno de los 64 pedidos de juicio políticos que se han interpuesto en su contra desde que comenzó a gobernar, en enero de 2019, y de los cuales cinco ya fueron desestimados.
