Con cinco goles de Lionel Messi, Argentina goleó a Estonia por 5-2 y estiró su invicto a 33 partidos, ete domingo en amistoso jugado en el estadio El Sadar, en Pamplona (España).
Por segunda vez en su carrera, Messi levantó la ‘manita’ en un duelo. El 7 de marzo de 2012, en el triunfo por 7-1 en la vuelta de los octavos de la Champions frente al Bayer Leverkusen en el Camp Nou, Leo hizo un ‘repóker’. Ante Estonia, anotó en los minutos 9 (penalti), 45, 47, 71 y 76. Nunca había hecho ni cuatro ni cinco dianas con Argentina. Los balones de sus siete ‘hat-trick’ anteriores con su país ya tienen un cuero con un cinco tatuado.
El partido se disputó en el estadio de Osasuna, en la ciudad española de Pamplona. Miles de argentinos tiñeron las tribunas de celeste y blanco para alentar a la selección contra Estonia, que integra la división D de la UEFA Nations League y es uno de los países que nunca jugó un Mundial.
La Pulga se sumó a Juan Andrés Marvezy (5 tantos a Ecuador en 1941) y José Manuel Moreno (5 tantos tbn a Ecuador en 1942) como los únicos en marcar cinco goles en un partido con la Albiceleste.
Messi se afianzó además como el máximo anotador histórico de Argentina, con 86 goles.
La crónica
La selección tomó protagonismo desde el comienzo y Alejandro Gómez se hizo eje del equipo. Acuña se mostró incisivo por izquierda y en la primera que llegó al fondo su pase al área chica no pudo ser empujado a la red por Julián Álvarez.
Llegando a los 7 minutos, el arquero de Estonia Matvei Igonen salió mal, se llevó puesto a Germán Pezzella y el árbitro no dudó en sancionar penal. Lionel Messi lo cambió por gol y la Scaloneta empezó a ganar desde temprano.
El dominio del balón fue casi completo del Campeón de América. El conjunto europeo mantuvo dos líneas de cinco jugadores para resguardar el área y los intentos de la selección fueron desde media distancia. Recién a los 24′, Estonia pudo salir y encontró al delantero Erik Sorga a las espaldas de los centrales albicelestes. Franco Armani tuvo una rápida respuesta saliendo a atorar al rival, que definió sobre su cuerpo.
Como los vestidos de azul nunca dejaron su libreto, Argentina movió la pelota para encontrar espacios, pero el trámite del partido se hizo tedioso.
¿Quién podía romper esa pasividad? Lionel Andrés. El capitán tomó el balón por derecha a los 37′ y, con su típica jugada, combinó con De Paul para rematar de zurda abriendo la cara interna del pie. Su disparo pasó muy cerca del palo izquierdo.
Antes del final del primer tiempo, tras un arranque de De Paul, Papu Gómez vio perfecto a Messi entrando al área por derecha y Lionel definió perfecto al ángulo opuesto para aumentar la cuenta.
Apenas comenzaba el segundo tiempo y la voracidad del «10» argentino volvió a ponerse de manifiesto. Julián se asoció con Nahuel Molina y el centro del lateral del Udinese fue justo para que Messi aumente la cuenta y llegue a su hat-trick.
Argentina fue siempre por más, marcando en el desarrollo del partido las enormes diferencias de jerarquía que existen. Álvarez tuvo dos muy claras y De Paul se lo perdió ingresando desde la derecha con un remate cruzado que salió apenas ancho.
Pero todavía faltaba más del show de Lionel. Sobre los 26′, el ingresado Exequiel Palacios recuperó en campo rival y quedó tirado. Los defensores de Estonia pensaron que el árbitro iba a cobrar falta y se quedaron parados. Messi pasó por caja, dejó sentado al arquero con un freno y tocó al arco vacío para llegar a su póker.
Breves instantes después, el rosarino asistió a Nico González, que no pudo con el arquero. Los tres rebotes posteriores en la jugada le cayeron a jugadores argentinos y el último le quedó al capitán. Como si fuera un trámite, resolvió lo que sus compañeros no podían para anotar su quinto tanto de la noche en Pamplona.