Las autoridades sanitarias de China han informado este sábado del mayor número diario de contagios registrados de COVID-19 desde el comienzo de la pandemia en Wuhan hace dos años, según la agencia DPA.
Concretamente, la Comisión Nacional de Salud ha notificado 588 casos en las últimas 24 horas en su parte continental, de los cuales 112 han sido importados.
Estos datos suponen una cifra ínfima en comparación con otros países, ya que el gigante asiático cuenta con una población de 1.411 millones de habitantes.
Pero aún así, China está afrontando una nueva ola de coronavirus que la ha llevado a registrar el mayor número de casos de COVID-19 en dos años.
El viernes se impuso un bloqueo en la ciudad nororiental de Changchun después de que se detectaran allí cientos de casos. Las nuevas restricciones solo permiten salir de casa a una persona por hogar para ir de compras.
Asimismo, los 9 millones de residentes de la ciudad serán sometidos a pruebas de detección del virus.
Se trata del confinamiento de mayor magnitud anunciado por China desde el impuesto en la metrópolis de Xi’an (norte), cuando 13 millones de habitantes fueron puestos en cuarentena a finales del año pasado.
Tras el brote de Wuhan a principios de 2020, China adoptó una política “cero covid” contra el virus, por lo que las autoridades se apresuraron a tomar medidas muy estrictas para evitar su propagación.
En los dos últimos años, los brotes apenas han existido gracias a los tests a grandes partes de la población y a los cierres masivos.
Sin embargo, la variante Ómicron, detectada en el país por primera vez en enero, ha llevado a China a llevar su política restrictiva más lejos.
El número total de contagiados activos en la China continental asciende a 5.461, seis de los cuales se encuentran graves.
Según cifras oficiales, desde el inicio de la pandemia, se infectaron 113.528 personas en el país, entre las que 127.434 han logrado recuperarse y 4.636 fallecieron.
Hasta la fecha se ha realizado seguimiento médico a 1.763.059 contactos cercanos con infectados, de los cuales 127.434 continúan en observación.
Por qué las estrategias de “COVID cero” no logran frenar los contagios
Frente a la irrupción del SARS-CoV-2 y su alta tasa de contagiosidad, algunos países optaron por políticas muy estrictas para evitar la transmisión y circulación del virus. Esto implicó cierre de fronteras, restricciones para el ingreso y salida de viajeros, aislamientos estrictos de casos positivos y hasta cierre de barrios o ciudades enteras frente al aumento de contagios.
Esa estrategia, probablemente haya evitado miles de muertes y enfermos graves en Asia y Oceanía. Sin embargo, los expertos insisten en que es necesario que estén acompañadas de fuertes campañas de vacunación, para lograr altos niveles de inmunidad y que las restricciones no se perpetúen en el tiempo. Dos grandes exponentes de estas políticas de “COVID cero” son China y Hong Kong.
En ninguna parte es esto más evidente que en Hong Kong. Su política de “COVID cero” se está poniendo a prueba y se enfrenta a su mayor ola de contagios y muertes desde el inicio de la pandemia. Los hospitales están colapsados y aunque las cifras tienen a bajar, se mantienen muy altas. Hoy se reportaron 29.381 nuevos casos diarios.
En cambio, Europa y América, optaron por cierres estrictos en los primeros meses de 2020 y luego fueron flexibilizando las condiciones a medida que bajaban los contagios, en un intento por equilibrar salud y economía.