Mientras visitaba Israel, Jair Bolsonaro monitoreó la situación política y personal del autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, que es acorralado por la justicia federal del gobierno de Maduro.
Bolsonaro apoya la transición democrática en Venezuela y ejecutará los movimientos diplomáticos necesarios para evitar que Maduro encierre a Guaidó, dijo el presidente Brasileño. En este contexto, el mandatario no descarta acudir a la OEA, la ONU y el Grupo Lima, si Guaidó es detenido por Maduro con el objetivo político de descabezar a la oposición venezolana.
Guaidó ya no tiene fueros parlamentarios y su familia y sus principales colaboradores son perseguidos y encarcelados por los servicios de inteligencia de Venezuela. Hace unos días fue detenido Roberto Marrero, jefe de Gabinete de Guaidó y amigo personal de la familia.
«Quiero que quede claro que al gobierno venezolano bolivariano y revolucionario no le temblará el pulso para combatir a los grupos terroristas para llevarlos a la cárcel», dijo Maduro en obvia referencia a Marrero, quien denunció antes de su captura que los servicios de inteligencia habían plantado armas y granadas para justificar su acusación oficial de «terrorista».
Bolsonaro no está solo en la protección diplomática de Guaidó. A su lado se alinean Mauricio Macri, Sebastián Piñera e Iván Duque, entre otros mandatarios latinoamericanos. Por estas horas, sin luz ni agua, Venezuela es un caos y la preocupación formal es que Maduro aproveche esta coyuntura para caer sobre Guaidó y detenerlo.
Los presidente de Brasil, Argentina, Chile y Colombia ya acordaron activar el Grupo Lima y avanzar sobre la OEA y la ONU, si finalmente el régimen populista captura a Juan Guaidó. Donald Trump aseguró en la Casa Blanca que «todas las opciones están sobre la mesa», durante encuentro que mantuvo con Fabiana Rosales, esposa de Guaidó. Eso implica que el Presidente de los Estados Unidos no descarta una invasión militar para terminar con Maduro y su gobierno.
Rechazo de Brasil a la invasión
No obstante la posición de Trump y la cercanía geopolítica que exhibe Bolsonaro con Washington, se explicó ayer en el Planalto que Brasil no apoyará una incursión militar americana aunque Guaidó fuera apresado ilegalmente. Y en idéntica posición se encuentran Macri, Piñera y Duque: estos mandatarios del Grupo Lima rechazan la estrategia de la invasión como atajo para derrocar a Maduro.
En las últimas horas, Guaidó mantuvo contactos informales con la diplomacia de Brasil, Argentina y Colombia, y aseguró que no retrocederá un centímetro ante la presión de Maduro y sus servicios de inteligencia. El autoproclamado presidente cambió de táctica respecto a su agenda internacional, ya decidió enviar a su esposa Rosales para explicar qué esta sucediendo en Venezuela. Así ocurrió durante la creación del Prosur en Santiago de Chile y en la bilateral que Rosales mantuvo con Trump en el Salón Oval.
Bolsonaro, Macri, Piñera y Duque exhiben su voluntad política de proteger a Guaidó, pero Maduro aún maneja el territorio, las Fuerzas Armadas, los servicios de inteligencia y los grupos parapoliciales, además de tener el apoyo explícito de China, Rusia y Cuba. El líder venezolano conoce su ventaja táctica y la usa para demostrar todos los días que aún ejerce el poder desde Caracas.
Frente a este complejo escenario geopolítico, ayer argumentaban en el Planalto que «la única vía es la diplomática» y al nivel del Consejo de Seguridad de la ONU, adonde Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China poseen la capacidad única del veto. Sin estos jugadores sentados a negociar, más el aporte que debería formalizar el Grupo Lima, la situación de Venezuela sólo se agravará con el paso del tiempo.