Tras varias horas de retrasos, discusiones, desacuerdos en el Congreso de Guatemala y la amenaza de toma de la Asamblea Legislativa por seguidores del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo juró como jefe de Estado de esa nación junto con su compañera de fórmula de la vicepresidencia, Karin Herrera Aguilar.
La juramentación estaba prevista en horas de la tarde de este domingo 14 de enero, pero al final lograron hacer el juramento a las 12:21 de la mañana de este lunes 15 de enero en la Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, contando con la presencia de jefes de estado de varias partes del mundo, enviados especiales e invitados del nuevo presidente y vicepresidenta de Guatemala.
Antes de la juramentación el presidente saliente, Alejando Giammattei, envió una correspondencia para hacer entrega oficial de la banda presidencial, botón y mando de la presidencia. La carta fue entregada a las diez con cuarenta minutos de la noche del domingo y en el texto explicaba, que lo hacía para que no se llegara al 15 de enero sin tener presidente de la República.
Tras el juramento de Bernardo y Karin, se procedió a la entrega de insignias de mando y firma del Libro de Oro, donde constan todas las actas de tomas de posesión. Acto seguido, Bernardo Arévalo pronunció su primer discurso como nuevo presidente.
En su discurso, resaltó el trabajo de la Corte Constitucional y el Tribunal Supremo Electoral, porque hicieron las diligencias necesarias para que prevaleciera la democracia en Guatemala y permitieran que se lograra la juramentación presidencial.
De igual forma, hizo un llamado de unidad de dialogo y paz para revertir décadas de abandono social y deterioro institucional. “Hay que recuperar la visión y los principios que como nación acordamos en el marco de paz y que una clase política los arrebató en las últimas décadas, para mejorar la calidad de vida de nuestra gente”, recalcó y dijo que están comenzando a derribar el muro de corrupción y que lo harían, ladrillo por ladrillo.
El acto protocolario dio inicio luego que concluyera la apertura de la nueva legislatura y su primera sesión, que transcurrió en un ambiente de tensión entre el nuevo oficialismo y la oposición.
La asunción de Arévalo y Herrera ―que estarán al frente del país durante el período 2024-2028― se mantuvo en entredicho hasta esta última semana debido a distintas investigaciones judiciales que abrió el Ministerio Público (MP) guatemalteco contra ambos, su partido político Semilla e incluso el proceso electoral que le dio la victoria, al considerar que sus resultados tenían que ser nulos.