Fuertes tiroteos paralizaron la capital de Haití el jueves y al menos cuatro agentes de policía fueron asesinados, luego que un poderoso jefe criminal anunciara que intentaría capturar al jefe de la Policía ya ministros del gobierno.
La ola de violencia que atrapó a mucha gente por sorpresa se produjo durante la ausencia del primer ministro Ariel Henry, quien se encuentra en Kenia intentando ultimar los detalles para el despliegue de una fuerza armada extranjera en Haití para ayudar a combatir a las pandillas.
Hombres armados dispararon contra el aeropuerto internacional Toussaint-Louverture y otros objetivos en la capital haitiana, incluidas comisarías de policía. Al menos un avión, Sunrise Airways, suspendió todos sus vuelos.
La violencia obligó al cierre del aeropuerto, empresas, universidades, comercios y agencias gubernamentales, así como escuelas, provocando que padres y niños pequeños huyeran a través de las calles presos del pánico.
Ataque coordinado
El ataque coordinado de múltiples grupos armados buscaba derrocar al primer ministro.
«Hoy anunciamos que todos los grupos armados van a actuar para conseguir la dimisión del primer ministro Ariel Henry», dijo el líder de la banda, Jimmy Cherisier, conocido por el apodo de Barbacoa, en un video publicado en las redes sociales antes de que comenzando los ataques.
«Usaremos todas las estrategias para lograr este objetivo», afirmó. «Reivindicamos la responsabilidad de todo lo que está ocurriendo en las calles en este momento».
Se escuchóon disparos por todo Puerto Príncipe mientras las autoridades luchaban contra asaltantes que habían atacado comisarías y una academia de policía.
Un portavoz de la oficina del primer ministro no pudo ser contactado de inmediato para hacer comentarios. Tampoco devolvieron mensajes al jefe de la Policía Nacional de Haití, Frantz Elbé y al portavoz policial Garry Desrosiers, dijo la agencia AP.
Disparos continuaban por la noche
En un momento dado, los estudiantes de la Universidad Estatal de Haití fueron tomados brevemente como rehenes antes de ser liberados, contó un decano a la AFP. Al menos un estudiante resultó herido de bala en los enfrentamientos, añadió.
El jueves por la noche todavía se escuchaban disparos en la ciudad y decenas de haitianos fueron vistos a lo largo del día huyendo apresuradamente de sus barrios con las manos alzadas, llevando niños y bolsas pesadas llenas de pertenencias.
En tanto, vehículos ciegos patrullaban calles vacías en el centro de Puerto Príncipe y otros permanecieron estacionados cerca de barrios marginales controlados por pandillas.
Los residentes de algunos barrios, incluidos Canape Vert y Turgeau, prepararon barricadas para evitar que las pandillas entraran. Los uniformados estaban al lado con ametralladoras.
Deberían de mandar como observadores sin chaleco contra balas a Haiti a la señora de vamos, y a los que lloran por derechos humanos de pandilleros.