Las Fuerzas Armadas británicas reclutan a filósofos, psicólogos y teólogos para estudiar nuevos métodos de guerra psicológica y de manipulación conductista, según se desprende de documentos filtrados de la Universidad de Cambridge, que se vio incluida en un programa de esa índole.
En detalle, los militares han planteado ante expertos en arquitectura, psiquiatría, neurociencia y sociología, entre otras disciplinas, una pregunta fundamental: ¿cómo las artes o las humanidades pueden moldear las estrategias militares y de seguridad, incluyendo las operaciones psicológicas?
Para resolver esta interrogante, el Ministerio de Defensa de Reino Unido, a través de su Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa (DSTL, por sus siglas en inglés), dio a luz en 2017 un proyecto conocido como ‘Capacidad de investigación en ciencias humanas y sociales’ (HSSRC, por sus siglas en inglés).
Este, sin embargo, recibió atención solo recientemente a través de Varsity —el diario estudiantil de Cambridge—, que reveló una propuesta de esa universidad en el marco de una oferta de licitación del ministerio en busca de centros de investigación capaces de llevar a cabo el programa.
«Influenciar la conducta humana»
El HSSRC se estructura en seis áreas de investigación de las que cinco corresponden a resolver problemas típicos de cualquier ejército moderno. Sin embargo, la sexta, titulada ‘Comprender e influenciar la conducta humana’, causó preocupación entre los académicos de Cambridge por sus implicaciones científicas y morales.
El área requiere, como parte de los componentes «no cinéticos» de los «efectos militares de espectro completo», que los científicos desarrollen para el Ministerio de Defensa «actividades de información y divulgación», y que posibiliten «mensajes a las audiencias internas domésticas y de Defensa de Reino Unido que promuevan la atracción […] de nuestra gente (militares y civiles)».
¿Riesgos a la reputación?
Para la oferta de licitación del HSSRC, con un costo estimado de más de 92 millones de dólares, resultaron elegibles la prestigiosa casa de estudios de Cambridge y otras tres instituciones. La junta general de facultades aprobó una oferta de financiación para labores conjuntas en junio de 2018.
En cuanto a los «potenciales riesgos a la reputación» derivados de una colaboración docente con el Ministerio de Defensa, el mismo programa estipula que estos serían «mitigados por un esfuerzo de comunicación dirigido».
Los jefes de las escuelas universitarias potencialmente involucradas brindaron su apoyo, según los documentos, en particular porque afrontaban dificultades para conseguir fondos destinados a investigar áreas abarcadas por el proyecto.
Contratista militar
«Docenas» de profesores, solo en Cambridge, fueron clasificados como comprometidos con el HSSRC. No obstante, otros se pronunciaron en contra, en parte porque incluye cláusulas que impiden el intercambio de información con científicos fuera del programa.
«No creemos que el papel de una universidad pública sea involucrar al personal en conflictos armados al actuar como contratista de investigación para el Ministerio de Defensa», escribieron más de 40 académicos en una carta abierta citada por Varsity
Un portavoz universitario indicó posteriormente a este medio que Cambridge abandonó el concurso en cuestión, pero no aclaró las causas de esa decisión. Por su parte, el periódico The Guardian señaló que otra institución incluida en el programa, la Universidad de Lancaster, asimismo se retiró con posterioridad.