Al menos 500 millones de animales han muerto durante la peor crisis de incendios forestales en la historia reciente de Australia, desde que una oleada de fuego se extendió por todo el país en septiembre de 2019.
Esto, de acuerdo con un estudio realizado por científicos de la Universidad de Sídney. Las especies más afectadas son los canguros, koalas, wombats y demonios de Tasmania, además de otros animales en peligro de extinción.
El caso de los koalas es especialmente preocupante, ya que se calcula que habrían muerto cerca de 8.000 individuos, lo cual representa casi un tercio de su población total.
La cifra de animales muertos incluye mamíferos, pájaros y reptiles, pero no contabiliza insectos, murciélagos o ranas.
«Es probable que la verdadera pérdida de vida animal sea muy superior a 480 millones», señala el estudio realizado por Chris Dickman, que tiene más de tres décadas de experiencia trabajando en ecología, conservación y manejo de mamíferos australianos.
La estimación se hizo comparando estudios previos de densidad de mamíferos.
La región más afectada es el estado de Nueva Gales del Sur, cuyas autoridades locales declararon el estado de emergencia por los incendios forestales, luego de que las previsiones meteorológicas indicaran que los fuegos se recrudecerían este sábado 4 de enero.
La emergencia fue ordenada por la primera ministra del estado, Gladys Berejiklian, e incluye la posibilidad de evacuaciones forzadas y cierre de caminos.
«Mañana experimentaremos condiciones de incendio peligrosas en el sur de Nueva Gales del Sur. Se ha previsto peligro de incendio de severo a extremo para muchas áreas. Ya hay varios incendios ardiendo. Estos incendios representan una grave amenaza para la vida. No se pongan en el camino de estos fuegos», señaló el servicio de bomberos de Nueva Gales del Sur en un mensaje difundido en redes.
Las autoridades federales de Australia estiman que el fuego ha arrasado con cerca de 5 millones de hectáreas de tierra, dejando un saldo de 17 muertos en todo el país y 28 personas desaparecidas, además de 1.400 viviendas destruidas.
De acuerdo con el primer ministro australiano, Scott Morrison, la crisis por los incendios podría durar varios meses.
«Esto continuará hasta que tengamos lluvias decentes que puedan lidiar con algunos de los fuegos que llevan ardiendo muchos, muchos meses», alertó Morrison en conferencia ante medios, el pasado 1 de enero.