Arabia Saudita rechazó el informe de inteligencia de Estados Unidos que acusa al príncipe heredero, Mohammed bin Salman, de ordenar el asesinato del periodista Jamal Khashoggi. El Ministerio de Relaciones Exteriores saudita respondió que el reporte incluye información falsa y que ese Gobierno tomó «todas las medidas judiciales necesarias» para procesar a los asesinos.
El príncipe heredero de la corona saudita, Mohamed bin Salman, intenta desligarse del informe de las agencias de inteligencia de Estados Unidos que lo señalan de aprobar una operación para «matar o capturar» al periodista Jamal Khashoggi, un reconocido crítico del reino, asesinado en octubre de 2018.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita respondió que el reporte incluye información “falsa” y agregó que su Gobierno tomó «todas las medidas judiciales necesarias» para procesar a los asesinos.
«Los individuos afectados fueron declarados culpables y sentenciados por los tribunales del Reino, y la familia de Jamal Khashoggi acogió con beneplácito estas sentencias, que descanse en paz», afirmó un comunicado emitido por las autoridades del reino.
Khashoggi, radicado en Estados Unidos y colaborador del diario ‘The Washington Post’, entró el 2 de octubre de 2018 al consulado de su país en Estambul, Turquía, para tramitar unos documentos que necesitaba para casarse con su prometida, pero nunca salió del recinto.
Desde entonces, Turquía, Naciones Unidas y otros actores internacionales han presionado a la corona para que ofrezca respuestas concretas sobre el asesinato y desaparición del periodista. Riad ha negado cualquier participación oficial en el crimen a pesar de las numerosas pruebas en su contra.
«Evaluamos que el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, aprobó una operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudita Jamal Khashoggi», dice la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos en el informe.
La agencia de inteligencia basa su afirmación en la lógica de toma de decisiones de la corona saudita. Además, el crimen involucró a un asesor clave del príncipe y la agencia tuvo como referente “su apoyo para usar medidas violentas para silenciar a disidentes en el exterior, incluyendo a Khashoggi”, añade el reporte.
“Desde 2017, el príncipe ha tenido un control absoluto de la seguridad del reino y de las organizaciones de inteligencia, lo cual hace altamente improbable que funcionarios sauditas hubieran adelantado una operación de esta naturaleza sin la autorización del príncipe de la corona”, dice el informe.
La versión de la inteligencia estadounidense tiene fondo. En junio de 2019, Agnes Callamard, la relatora especial de las Naciones Unidas para ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, pidió una investigación formal contra el príncipe de la corona saudita por motivos similares. La investigadora rechazó el proceso judicial que se ha adelantado en el país porque este no ha tenido en cuenta la cadena de mando y las incitaciones que podrían haber venido desde la cúpula del poder en el reino.
Ese mismo año, a pocos días del primer aniversario del asesinato, el príncipe heredero dijo que se hacía responsable por el crimen. «Ocurrió bajo mi supervisión», dijo Bin Salman, pero negó tener conocimiento de la planeación o haberlo ordenado.
La ONU pide Justicia en el caso Khashoggi
Luego de que se hiciera público el informe de inteligencia de Estados Unidos, la relatora especial se pronunció en sus redes sociales para hacer un llamado a la Justicia.
«Con la publicación del reporte estadounidense, confirmando la culpabilidad de funcionarios sauditas del más alto nivel, Estados Unidos debería ahora tomar el liderazgo para asegurar las responsabilidades por este crimen y para poner en su lugar los mecanismos internacionales para prevenir y castigar actos como este en el futuro», dijo Callamard.