Cada cuatro años, Allan Lichtman es noticia en Estados Unidos. Este historiador, profesor y analista político de la American University creó un modelo que predijo el desenlace de todas las elecciones presidenciales desde 1984, con la única excepción de la derrota del demócrata Al Gore, en el 2000, contra George W. Bush: una de las contiendas más reñidas de la historia por la Casa Blanca, que tardó varios días en definirse y que se resolvió por apenas 537 votos en Florida.
Su modelo es tan exitoso que le ha valido a Lichtman el sobrenombre del ‘Nostradamus’ de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Este año, Lichtman ya reveló su predicción: Kamala Harris se convertirá en la primera mujer en llegar al máximo cargo político de Estados Unidos tras asumir las riendas del país.
El experto anunció su pronóstico incluso antes del debate entre la actual vicepresidenta y Donald Trump y dice, en entrevista con el medio La Nación (Buenos Aires, Argentina), que no hay nada que Trump pueda hacer para evitar la derrota.
“Fue absolutamente esencial para los demócratas unirse detrás de Harris”, dice el académico, al explicar unos de los motivos detrás de su predicción.
El modelo de Lichtman se basa en ‘13 llaves’ que definen qué candidato ganará la Casa Blanca. Ninguno de sus cálculos mira las encuestas, o toma en cuenta lo que ocurre durante la campaña. Las llaves miden la gestión del partido que está en el poder y, sobre esto, establece si los estadounidenses elegirán un cambio de rumbo o no.
El modelo de Lichtman explica que sus “llaves” miran la economía y la política exterior, si el presidente va por la reelección o no, si hay una interna áspera o un tercer candidato, qué partido tuvo mejor desempeño en la última elección legislativa, si hay malestar social y fuertes protestas en las calles, y, por último, el carisma de los candidatos. Y según él, este año las llaves favorecen a Harris.
¿Por qué está tan seguro de que su modelo se mantendrá en esta elección?
En primer lugar, porque el sistema de las 13 llaves para establecer quién va a quedar al frente de la Casa Blanca no se basa en la opinión de los expertos, que no tienen una base científica; ni en las encuestas, que son fotos, no son predictores.
Las llaves, en cambio, miran cómo funcionan realmente las elecciones presidenciales, miden la fuerza y el desempeño del partido en la Casa Blanca. Es una de las razones por las que confío en este modelo. La segunda razón es el historial. Las llaves tienen un historial insuperable: han acertado durante más de 40 años, desde que predije la reelección de Ronald Reagan, en abril de 1982, casi tres años antes de tiempo durante lo que entonces era la peor recesión desde la Gran Depresión, cuando el 60 por ciento de los estadounidenses pensaba que Reagan era demasiado viejo para presentarse nuevamente y sus índices de aprobación eran históricamente bajos.
Ningún otro sistema, ningún otro analista tiene nada que se acerque a una trayectoria de 40 años. Por supuesto, eso me hace viejo, pero esa es otra historia.
¿Cuál de las llaves fue la más difícil de definir este año?
Las llaves más difíciles fueron la llave del ‘oficialismo’ (si el presidente va por la reelección o no) y la llave de la ‘interna’, y eso se debe a que los demócratas defenestraron abiertamente a su presidente en público. No necesitaban hacer eso. Entonces había una gran pregunta: ¿Biden se quedaría en el cargo y preservaría la llave del “oficialismo”, porque es el presidente en ejercicio? ¿O lo expulsarían y perderían esa llave? Y luego, si lo expulsan, ¿habría una gran pelea en el partido y perderían también la llave sobre la ‘interna’? Y parecía que eso era lo que estaban haciendo. Yo advertí enérgicamente contra eso.
Bueno, resultó que los demócratas sí expulsaron a Biden, lo que les costó la llave del oficialismo, pero se unieron detrás de Harris, lo que preservó la llave sobre la interna por la nominación del partido.
¿Biden habría tenido el mismo éxito en su modelo?
No tenemos idea de qué habría sucedido si Biden se hubiera quedado con cosas como la protesta social. Tengo una llave sobre el ‘malestar social’ y otra sobre un ‘tercer partido’. Tener a Harris al frente, en lugar de Biden, que es el blanco de estas protestas, creo que amortiguó el tema del malestar social. Y tener a Harris de candidata significa que los votantes ya no tuvieron que elegir entre dos viejos blancos. Odio decir eso siendo yo mismo un hombre blanco viejo, pero eso podría haber influido en la llave sobre el tercer partido. Por eso no especulo. Quién sabe qué habría sucedido si Biden se hubiera quedado, podrían haber preservado más llaves, pero tal vez hubiera tenido un efecto negativo en otras. Simplemente no lo sabemos. No tiene sentido pensarlo ahora.
Su llave sobre el malestar social favorece a la vicepresidenta Harris en estas elecciones, ¿por qué no le afecta a ella de la misma manera que afectó a Biden?
afecta a ambos. Pero ese no era mi punto. Mi punto era que, sin Biden al frente y en el centro, hay menos incentivos para las protestas. Y este es un punto que necesito dejar muy en claro. Si desea utilizar mi sistema, debe ceñirse a cómo defino cada llave.
Siempre hay protestas esporádicas, pero esa no es la definición de la llave. La definición de la llave es que, para que la llave gire contra el partido que está en la Casa Blanca, tiene que haber un malestar social masivo y sostenido, suficiente para poner en tela de juicio la estabilidad de la sociedad, como vimos a finales de los años 1960, o principios de los años 1970. Pero hoy las protestas se redujeron o se esfumaron, no se acercan ni de lejos al criterio necesario para girar la llave contra el partido en la Casa Blanca.
¿Puede suceder algo hasta las elecciones que incline su modelo a favor de Trump?Es extremadamente improbable. Mire, no soy tan arrogante como para decir que no puedo equivocarme, pero tengo un buen historial, así que puede tener cierta confianza en lo que digo.
Mire, uno de los mayores mitos de la política estadounidense es la llamada “sorpresa de octubre”. Siempre he hecho mis predicciones antes de eso, nunca las he cambiado, y nunca ha habido en la historia política estadounidense moderna una sorpresa de octubre suficiente para cambiar el veredicto de las llaves. Y, ciertamente, no hay nada que Donald Trump pueda hacer, porque, recuerde, las llaves miden la fuerza y el desempeño del partido en la Casa Blanca y el gran mensaje es que es el gobierno, y no la campaña, lo que cuenta.
Nadie ha sido capaz de predecir elecciones de ningún tipo mirando la campaña en función de la campaña. Y le pongo un ejemplo: Hillary Clinton debería haber ganado por goleada en 2016 cuando yo predije, prácticamente solo, que Trump se impondría. Ella ganó todos los debates, recaudó más dinero, hizo más publicidad, tuvo un mejor despliegue en el terreno, tenía más experiencia y era menos amenazante. Lo mismo pasó con John Kerry en 2004, y perdió contra George W. Bush.
Entonces, en su opinión, ¿los demócratas fueron inteligentes al unirse rápidamente detrás de Harris?
Fue absolutamente esencial para los demócratas unirse detrás de Harris y preservar la llave de la contienda interna. De lo contrario, habrían perdido tanto la llave del oficialismo como la llave de la interna. Desde 1900, ningún partido en la Casa Blanca ha ganado jamás la Casa Blanca cuando ha perdido ambas llaves. Pero cuando se pierde una sola llave, todavía se tiene una buena posibilidad de ganar.
¿Hay algo que Trump pueda hacer para cambiar su pronóstico?
Trump no puede hacer nada para cambiar el modelo. Recuerde, el modelo se basa en el panorama general de la fuerza y el desempeño del oficialismo. Es decir, lo que cuenta es el gobierno, no la campaña, y nada de lo que Trump pueda hacer en la campaña va a cambiar mi predicción. Durante 40 años no he cambiado mis predicciones. Mi predicción no se vio afectada, por ejemplo, por la cinta de Access Hollywood en la que Donald Trump se jactaba de agarrar a las mujeres por sus partes íntimas, ni por la supuesta carta del director del FBI, James Comey, que reabrió la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton; mi predicción se mantuvo sin cambios a lo largo de esos y tantos otros eventos de campaña durante los últimos 40 años.
¿Y qué pasa en el otro lado desde la campaña de Harris? ¿O incluso hay alguna acción o decisión de la administración Biden que pueda alterar la carrera?
Eso es un poco diferente. Cuando Biden todavía estaba en carrera, me hicieron la misma pregunta que me hiciste a mí, excepto sobre Biden: ¿qué puede hacer Biden para ganar? Y mi respuesta fue: gobernar. Bueno, hay una cosa que creo que la administración Biden podría hacer ahora para ayudar a convertir una llave negativa, que es la llave sobre el fracaso militar extranjero, en su favor. Va a ser muy difícil, y las probabilidades están en contra, pero si de alguna manera la administración Biden pudiera superar la maldad de Hamás y la beligerancia de (el primer ministro israelí, Benjamin) Netanyahu y negociar un alto el fuego y la liberación de rehenes en el Medio Oriente, eso podría ayudarlos con al menos una llave.
RAFAEL MATHUS RUIZ
Corresponsal de La Nación (Argentina)
La tubieron por 4 anos a esta pobre mujer indu en hoteles con botellas de whisky por ordenes de su actual jefe. Hasta hoy la sacan al Sol por razones que todos sabemos de su patron.
Estuvo todo el terminó presidential sin haser nada los intereses de las propiedades se elevaron la gasolina la canasta basics ,medicinas y mal para los señor retirados no medical no bendiciones tY hoy viene a prometer Basura de candidato