Este martes toma posesión de su cargo el nuevo presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, quien fue electo el 11 de agosto del año pasado, en el balotaje de los comicios generales.
Además de Giammattei, será investido el vicepresidente de la República, César Guillermo Castillo Reyes, además de otros 3.979 funcionarios, entre diputados distritales y nacionales, alcaldes y concejales, que también fueron electos el año pasado.
Giammattei recibe la Presidencia de parte de Jimmy Morales, quien gobernó desde enero de 2016, en un acto al que tienen previsto asistir 50 delegaciones internacionales y 12 jefes de Estado, informó la Cancillería guatemalteca.
La toma de posesión se produce en medio de temores, puesto que este lunes, el mismo Giammattei informó que su equipo de seguridad había detectado una alerta sobre un posible atentado en su contra para el día de la asunción, por lo que extremaron la seguridad.
El país que deja Jimmy Morales
Morales, un comediante, llegó a la Presidencia de Guatemala tras un escenario adverso para el país, luego de sendas manifestaciones contra su antecesor Otto Pérez Molina, quien renunció tras una investigación en su contra hecha por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en el Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público, y se encuentra actualmente preso.
El mensaje de Morales, «ni corrupto, ni ladrón», caló en la población, que lo votó y lo apoyó en su ascenso.
Sin embargo, cuatro años después, el escenario no cambió mucho en Guatemala. El ahora exmandatario deja su cargo con un bajo nivel de popularidad, apenas por encima de Pérez Molina. En agosto de 2019, una encuesta de ProDatos —citada por Prensa Libre— reveló que solo 16 % de los entrevistados aprobaba la gestión de Morales.
Indicadores sociales
También los indicadores sociales tienen saldo negativo. Antes del gobierno de Morales, la pobreza en Guatemala alcanzaba al 59,3 % de la población; mientras que la pobreza extrema a 23,4 %, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) de 2014.
El último dato que se conoció sobre estos indicadores es de noviembre de 2019, cuando se presentó un estudio elaborado por la Universidad de Oxford, EE.UU., la Unión Europea, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Gobierno de Guatemala. El informe reveló que el Índice de Pobreza Multidimensional en el país centroamericano alcanza el 61 %.
El CICIG y la corrupción
También queda un conflicto con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), organismo creado en 2007 con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para apoyar al Ministerio Público guatemalteco en la investigación de estructuras criminales infiltradas en las instituciones del Estado.
La CICIG presentó ante la justicia local una investigación en contra de Morales por presunta financiación electoral ilícita. Por ese motivo, el mandatario saliente señaló al organismo de «ser una amenaza para la paz en Guatemala» y dijo que esa Comisión había implantado «un sistema de terror».
El 31 de agosto de 2018, Morales anunció que no se prolongaría más el mandato de este organismo en el país.
El exmandatario, además, sorteó en el Congreso las averiguaciones en este sentido, desbaratando el trabajo que llevaban adelante la CICIG y el Ministerio Público.
El acuerdo con EE.UU.
Morales también dejará a Giammattei un acuerdo firmado con EE.UU. el 26 de julio de 2019, del que se conoce muy poco, aunque se sabe que da un paso decisivo para que Guatemala se convirtiera en «tercer país seguro».
En diciembre pasado, Giammattei afirmó que ese acuerdo era «un secreto bien guardado», del cual se conocerían mayores detalles después de que él asumiera formalmente la Presidencia.
Los retos de Giammattei
Con el panorama que deja Morales, Giammattei asume una agenda casi similar a la que han recibido los últimos cinco mandatarios en Guatemala, presidentes que no han logrado cambiar el panorama social, ni mucho menos superar la corrupción campante; además, tres de esos funcionarios han pisado la cárcel: Pérez Molina, Álvaro Colom y Alfonso Portillo.
Además del combate a la corrupción y a la pobreza, aumento del empleo y asumir el acuerdo firmado con EE.UU., Giammattei también tiene un amplio desafío en materia de seguridad y migración.
Migración
Guatemala tiene uno de los más altos índices de emigración de Centroamérica, cuyos ciudadanos tienen como principales destinos EE.UU., México y Belice.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2017, Guatemala tenía 1.117.355 emigrantes, es decir, el equivalente a 6,6 % de la población.
El tema migratorio también incluye la situación de los retornados. Solo en 2019 fueron deportados desde EE.UU. 54.599 ciudadanos guatemaltecos, mientras que 49.145 volvieron desde México, cifras casi similares a las de 2018, según la Dirección General de Migración de Guatemala.
A ello se le suma que, por el acuerdo de «tercer país seguro» firmado con EE.UU, en el último trimestre de 2019, Guatemala comenzó a recibir migrantes hondureños y salvadoreños, complicando aún más la situación del país.
Seguridad
Guatemala forma, junto a Honduras y El Salvador, el denominado Triángulo Norte de Centroamérica, por su integración económica. Pero, estos tres países también tienen en común que están entre los principales con mayor índice de criminalidad de esa región.
En estos países operan varias pandillas de carácter internacional. En Guatemala, particularmente, hacen vida, con células en todo el país, la Mara Salvatrucha o MS-13 y Barrio 18, ambas nacidas en Los Ángeles (EE.UU.).
Según el Gobierno guatemalteco, durante el mandato de Morales se redujo la tasa de homicidios en el país centroamericano, pasando de 30,7 casos por cada 100.000 habitantes en 2015, a 21,5 en 2019.
Hasta ahora, el nuevo mandatario solo ha presentado su Plan Nacional de Innovación y Desarrollo, la guía para gobernar, con propuestas generales, parecidas a las plasmadas en los programas de sus antecesores.
Con información de RT
Nada bueno saldrá de ese pandillero que beneficie a los guatemaltecos, sino, más sometimiento a EEUU. Instruido por EEUU para infiltrarse en Venezuela, pero fue descubierto al no dar con el perfil de un italiano en el aeropuerto.