Más de un centenar de reos siguen prófugos, tras un nuevo amotinamiento en la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas, en Ecuador. La cifra de reclusos muertos asciende ya a 43, según la Policía y la Fiscalía.
“Hasta el momento se cuentan 43 internos fallecidos”, indicó la Ficalía en Twitter, señalando que la información está “en desarrollo”. El ministro del Interior, Patricio Carrillo, dijo en rueda de prensa que el saldo de fallecidos era de 41.
Carrillo dijo que los privados de la libertad de una organización salieron de sus celdas y atacaron a los de otro grupo delictivo en el interior del centro de reclusión. “Jamás quieren rehabilitarse, y lo han demostrado con hechos, son los hechos los que los definen. Lo que se vivió en el centro de la ciudad de Santo Domingo fue una crueldad de esta organización criminal”, sostuvo el funcionario.
Destacó que a simple vista “se puede evidenciar que los que perdieron la vida fueron ajusticiados con arma blanca, la mayoría de cuerpos tienen esas características” y ofreció ayuda del gobierno a los familiares para trasladar los cuerpos a sus sitios de origen.
Añadió que se han hallado armas de fuego, granadas y otros materiales en poder de los presos de la cárcel Bellavista. Esa prisión se encuentra en la ciudad de Santo Domingo de los Tsáchilas, 70 kilómetros al suroeste de Quito.
La policía confirmó que tras la intervención de grupos tácticos y de asalto el centro de reclusión quedó nuevamente bajo el control de las autoridades, especialmente el pabellón de máxima seguridad, donde se produjeron los hechos.
Videos que circularon en redes sociales mostraron la cárcel, aún a oscuras, y gritos y disparos que provenían de su interior.
El general Fausto Salinas, que durante las próximas horas será posesionado comandante general de la policía, dijo a la estación de televisión Teleamazonas que “hay 40 personas recapturadas, presos que trataron de evadir”.
En los últimos años las cárceles de Ecuador se han convertido en escenario de violentos ataques entre reclusos, principalmente debido a disputas entre bandas relacionadas con el narcotráfico y rutas de exportación de droga presuntamente vinculadas con cárteles mexicanos. El último de estos motines, que dejó 20 fallecidos, se registró a inicios de abril.
En marzo Amnistía Internacional, en su informe anual, aseguró que al menos 316 presos murieron como producto de enfrentamientos en las cárceles ecuatorianas durante 2020, el más grave ocurrido en septiembre de ese año con un saldo de 119 fallecidos. Las masacres fueron producto de enfrentamientos entre bandas de narcotráfico rivales.