A sólo una semana de las elecciones del 3 de noviembre, el presidente Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden recorrerán el país el martes en un intenso día de campaña en el que también participará el expresidente Barack Obama.
Todavía por detrás de Biden en las encuestas nacionales de opinión, Trump celebrará mítines en tres estados clave para sus aspiraciones de reelección -Michigan, Wisconsin y Nebraska- mientras que Biden viaja a Georgia y Obama hace campaña en nombre de su ex vicepresidente en Florida, un estado crucial.
La campaña presidencial de Estados Unidos ha sido este año diferente a cualquier otra por la furiosa pandemia de coronavirus, que ha matado ya a más de 225.000 estadounidenses y propiciado un voto anticipado histórico. Hasta la noche del lunes se han emitido más de 64 millones de votos, cifra que se acerca a la mitad del total de los votos de 2016, según el Proyecto Electoral de EEUU en la Universidad de Florida.
El enorme volumen de votos por correo podría tardar días o semanas en contabilizarse, según los expertos. El voto por correo no es nada nuevo en Estados Unidos -cerca de una de cada cuatro votos se emitieron de esa manera en 2016 – pero la tendencia está aumentando en medio de la pandemia.
El lunes, las dos campañas se enfocaron en Pensilvania, un estado que refleja la polarización del país y por ahora da una leve ventaja a los demócratas. Es esa región en la que Trump se enfoca: el llamado “muro azul” que logró dar vuelta en 2016 (Pensilvania, Michigan y Wisconsin) y que necesita mantener en esta carrera.
Trump, quien ha afirmado repetidamente y sin pruebas que los votos enviados por correo son susceptibles de fraude, dijo el lunes en Twitter: “Hay que tener el total definitivo el 3 de noviembre”. Twitter marcó el tuit con un descargo de responsabilidad describiendo el contenido del mensaje como “controvertido” y potencialmente engañoso.
La incursión de Biden en Georgia, durante mucho tiempo un bastión republicano, es un signo del optimismo de la campaña demócrata que se dirige a su última semana. Las encuestas muestran que la carrera allí es muy reñida, y la victoria de Biden en Georgia probablemente sería un duro golpe para las posibilidades de Trump. El estado no ha apoyado a un demócrata en unas elecciones presidenciales desde 1992.
Biden dijo a los periodistas el lunes que cree que tiene una “oportunidad de luchar” para tomar Georgia. El demócrata celebrará un evento por la tarde en Warm Springs -donde el expresidente Franklin Roosevelt tuvo una residencia de verano- antes de culminar el día con un mitin vespertino en la capital del estado, Atlanta. La campaña de Biden, fuertemente financiada, ha invertido en publicidad durante semanas en el estado.
En una señal similar de optimismo, Kamala Harris, candidata a vicepresidente, pasará por Arizona y Texas, donde los republicanos no han sufrido derrotas a nivel estatal desde 1994.
Obama, que ha surgido como un representante de excepción de Biden en el tramo final, hará campaña en Orlando después de encabezar un mitin en Miami durante el fin de semana. Biden sirvió como vicepresidente de Obama durante ocho años.