El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) llevó a cabo un amplio operativo en el sureste de Estados Unidos, arrestando a 956 personas y emitiendo 554 órdenes de detención el pasado domingo. Estas acciones están dirigidas a identificar y deportar a extranjeros que se encuentran en el país de manera ilegal y que podrían representar una amenaza para la seguridad pública.
Entre los casos destacados, se informó sobre cinco detenidos: tres en Florida y dos en Puerto Rico. Los detenidos en Puerto Rico son ciudadanos de la República Dominicana, uno acusado de violencia doméstica y otro de conducir bajo la influencia del alcohol.
En Florida, un ciudadano nicaragüense fue arrestado por múltiples cargos, que incluyen asalto agravado con un arma mortal, porte ilegal de un arma oculta, disparar un arma de fuego en público y conducir con una licencia suspendida.
Autoridades señalaron que estas acciones forman parte de un esfuerzo por proteger a las comunidades y hacer cumplir la ley de inmigración. Según uno de los responsables del operativo, «expulsar a los extranjeros delincuentes de nuestras comunidades no solo es un tema de cumplimiento legal, sino una medida para garantizar la seguridad de nuestros vecindarios».
Se anticipa que las cifras de deportaciones diarias aumenten en las próximas semanas como parte de una expansión de las operaciones migratorias en todo el país. Las autoridades recalcan que su prioridad es asegurar el bienestar de la población a través del cumplimiento estricto de la ley.
